Las secuelas de la pandemia no solo serán a corto plazo, sino también a largo plazo en el mercado del petróleo. A pesar de que el mundo se enfrenta actualmente a lo que posiblemente sea el exceso de crudo más grande jamás registrado, la situación dará un giro drástico en los próximos años que ocasionará una subida de precios.
La falta de actividad, el cierre de producción, los costos de reactivación y las cautelosas inversiones que actualmente planean las empresas E&P conscientes de los costos, todo en combinación con un inevitable repunte de la demanda mundial de petróleo, va a causar un déficit de oferta de alrededor de 5 millones de barriles por día (bpd) en 2025. Así calcula Rystad Energy en sus estimaciones, en donde considera que los precios superarán los US$ 68 por barril para equilibrar el mercado.
En el escenario base de Rystad Energy, la demanda mundial de petróleo en 2025 alcanzará alrededor de 105 millones de bpd. Antes de la pandemia se esperaba que el suministro superara ligeramente la demanda. Sin embargo, debido a la fuerte reducción de las inversiones y de las actividades que ha traído la crisis actual este año, se estima ahora que el ciclo descendente en la industria upstream eliminará unos 6 millones de bpd de las previsiones de producción para 2025.
Para cubrir esta brecha, Rystad Energy cree que algunos de los principales países de la OPEP, como Arabia Saudita, Irak y los Emiratos Árabes Unidos, podrán aumentar la producción. En total, estos países podrían llenar entre 3 y 4 millones de bpd de este vacío.
Lo más probable es que el déficit restante se llene de volúmenes de crudo shale de Estados Unidos. Para lograrlo, los precios pueden moverse por encima del caso base actual de Rystad, que actualmente se sitúa en un precio medio de US$ 68 por barril en 2025.
El bajo precio actual del petróleo ha endurecido considerablemente el equilibrio entre la oferta y la demanda a medio plazo. A pesar del alto crecimiento del petróleo shale, se espera que la producción de petróleo fuera de los países de Medio Oriente de la OPEP se mantenga plana en los próximos cinco años.
A medida que se espera que la demanda se recupere, los principales miembros de la OPEP tendrán que aumentar significativamente su oferta o el mercado enfrentará precios aún más altos que los pronósticos de caso base, así lo dijo Espen Erlingsen, líder de investigación upstream en Rystad Energy.
Figura 1. Proyección de la producción de líquidos de petróleo, 2020 – 2025.
La actividad global de E&P está a punto de caer drásticamente en 2020 a medida que las empresas upstream tratan de hacer frente a las difíciles condiciones del mercado, lo que resulta en la actividad de aprobación para ejecución de proyectos convencionales que alcanza bajos de 40 años y que se estima caerán un 50% en 2020. El impacto de los niveles de actividad más bajos varía en función del segmento de suministro.
Para el petróleo shale (incluido el LGN) el impacto en la producción es bastante inmediato, y Rystad redujo la previsión de 2020 en cerca de 1.9 millones de bpd. La drástica reducción de nuevos pozos de petróleo shale también tendrá un impacto a largo plazo, ya que habrá menos pozos disponibles para la producción.
Para 2025, la previsión total de producción de petróleo ajustado se revisa a 18 millones de bpd, o 2.7 millones de bpd menos que las estimaciones previas a la crisis.
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