Mientras el mundo busca reducir las emisiones de dióxido de carbono, el plan de Japón es construir nuevas centrales termoeléctricas de carbón durante los próximos años.
Lamentablemente, pronto se levantará una central termoeléctrica de carbón, algo inaudito en una economía avanzada. Esta es una consecuencia imprevista del desastre nuclear de Fukushima de hace casi una década, el cual obligó a Japón a cancelar su programa de energía nuclear.
Ahora, planea construir hasta 22 nuevas centrales termoeléctricas de carbón, una de las fuentes de energía más contaminantes, justo cuando el mundo necesita reducir las emisiones de dióxido de carbono para combatir el calentamiento global.
Japón: ¿por qué usar carbón y por qué en estos momentos?
Parte de este problema es exclusivo de Japón. El país tiene costos solares inusualmente altos, debido al excesivo precio de la tierra y la luz solar limitada. En la mayoría de los países, el cambio a la energía solar será más rápido. El accidente de 2011, donde la planta de energía nuclear en la prefectura de Fukushima, en el noreste de Japón, fue dañada por un gran tsunami, causó contaminación radiactiva y aun hoy, se está tratando.
El accidente, también obligó a la evacuación de un área grande y densamente poblada cerca de la planta, causando una crisis de refugiados domésticos. Esa catástrofe, combinada con el escándalo político que rodea la mala gestión de las viejas plantas, forzó el cierre de casi toda la energía nuclear en el país.
Ahora bien, el proyecto de construcción de las nuevas centrales termoeléctricas ha provocado un rechazo poco común en Japón, donde los grupos de ambientalistas se oponen principalmente a la energía nuclear. Pero algunos residentes locales están demandando al gobierno por haber aprobado la nueva central, con la esperanza de que sea el inicio de un combate al carbón.
Energía nuclear: ¿su desecho conducirá a una transición energética?
La experiencia de Japón sigue siendo una advertencia para otros países. Es poco probable que apagar la energía nuclear conduzca a una adopción más rápida de energía renovable. Es preciso que los países deban estar tratando de cambiar a energía solar y eólica para reemplazar los combustibles fósiles tan rápido como puedan.
La pérdida de energía nuclear conducirá a la escasez de electricidad y a la reducción de los niveles de vida, algo que podría causar enojo popular y una reacción violenta contra la política ambiental, o una disminución más lenta del uso de carbón y gas. Este último es el resultado más probable.
Estados Unidos se enfrenta exactamente a esta elección. No solo el candidato presidencial Bernie Sanders ha propuesto prohibir las nuevas centrales nucleares sino también cerrar las existentes. El punto es que si el uso de combustibles fósiles también es prohibido, los clientes en estados que usan mucha energía nuclear simplemente tendrán que usar menos energía.
La contradicción de Japón – Juegos olímpicos ecológicos
La construcción de estas plantas termoeléctricas contrasta con el empeño de Japón en dar la imagen de que los Juegos Olímpicos de verano de este año, en Tokio, serán unos de los más ecológicos de la historia.
Japón ha utilizado los Juegos Olímpicos para dar a conocer su transición a una economía más resistente al clima, mostrando innovaciones como carreteras que reflejan el calor. Los organizadores han dicho que la electricidad para los Juegos provendrá de fuentes renovables. Las inversiones en plantas que funcionan con carbón amenazan con minar ese mensaje.
“Japón promociona unas Olimpiadas de bajas emisiones pero, el mismo año, comenzará a operar cinco nuevas centrales eléctricas de carbón que emitirán mucho más dióxido de carbono que cualquier estrategia que las Olimpiadas puedan compensar”, dijo Kimiko Hirata, directora internacional de Kiko Network, un grupo que aboga por la acción climática.
Esta política distingue a Japón de otras economías desarrolladas. El Reino Unido, el lugar de nacimiento de la revolución industrial, está decidido a eliminar de manera gradual las centrales de carbón para 2025, y Francia ha señalado que cerrará sus centrales de carbón incluso antes, para 2022. En Estados Unidos, los servicios públicos están retirando con rapidez la energía a base de carbón y no se están construyendo centrales nuevas.
Conclusión – ¿Un país atípico?
Japón depende del carbón para más de una tercera parte de sus necesidades de generación de energía y aunque empezarán a retirar las centrales más antiguas, este país todavía espera satisfacer más de una cuarta parte de sus necesidades de energía eléctrica con el carbón en 2030.
“Japón es un caso atípico dentro de las economías desarrolladas”, afirmó Yukari Takamura, experta en políticas climáticas del Instituto para Iniciativas del Futuro en la Universidad de Tokio. “La era del carbón está por terminar, pero para el país está resultando muy difícil eliminar una fuente de energía de la que ha dependido durante tanto tiempo”.
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