IRENA sitúa la transformación de la energía en el centro de la agenda de la recuperación sostenible. El nuevo informe de la agencia afirma que el gasto público y las medidas políticas específicas crearán puestos de trabajo inmediatos e impulsarán el PIB, y ofrece recomendaciones para maximizar la recuperación al tiempo que se cumplen los objetivos climáticos.
Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, 24 de junio de 2020 – Los gobiernos pueden alinear las necesidades inmediatas de estímulo económico con los objetivos de descarbonización y desarrollo sostenible a medio y largo plazo, orientando las medidas políticas y el gasto público hacia la transformación de la energía, según un nuevo informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) publicado hoy.
El informe ‘Post-COVID recovery: An agenda for resilience, development and equality‘se esbozan medidas de estímulo inmediatas para los próximos tres años (2021-2023), así como medidas para una perspectiva de recuperación a medio plazo en 2030 durante el próximo decenio. Ofrece ideas y recomendaciones prácticas para los gobiernos a medida que impulsan las inversiones y las medidas de política para las economías posteriores a la reunión de COVID-19.
El informe muestra que, sobre una base anual, el aumento del gasto energético público y privado a 4,5 billones de dólares al año impulsaría la economía mundial en un 1,3% adicional, creando 19 millones de puestos de trabajo adicionales relacionados con la transición energética para 2030. Los empleos en las energías renovables solamente podrían triplicarse hasta llegar a los 30 millones en 2030. Cada millón de dólares (USD) invertido en renovables crearía tres veces más empleos que en los combustibles fósiles.
“Las energías renovables han demostrado ser las fuentes de energía más resistentes durante la crisis actual”, dijo Francesco La Camera, Director General de IRENA.
“Esta evidencia debería permitir a los gobiernos tomar decisiones de inversión y respuestas políticas inmediatas para superar la crisis. Con el actual plan de recuperación para los gobiernos, la IRENA utiliza su mandato global sobre las transiciones energéticas para informar la toma de decisiones en este momento crítico, mientras mantiene el rumbo hacia un sistema totalmente descarbonizado para 2050”.
El PIB aumentaría un 1% y crearía 5,5 millones de empleos adicionales
Duplicar las inversiones anuales de transición a 2 billones de dólares en los próximos tres años proporcionará un estímulo eficaz y puede impulsar las inversiones del sector privado por un factor de 3 a 4. Reformar los precios de los combustibles fósiles, retirar los activos de los combustibles fósiles, impulsar la financiación ecológica y los rescates, e invertir estratégicamente en la transición energética deben ser prioridades inmediatas, según aconseja el informe de la IRENA.
Los 2 billones de dólares invertidos anualmente aumentarían el PIB en un 1% y crearían 5,5 millones de empleos adicionales relacionados con la transición en tres años. Se necesitan políticas laborales e industriales de apoyo para aprovechar las capacidades y habilidades locales y crear industrias y empleos a lo largo de la cadena de valor.
Toda estrategia de recuperación debería incluir soluciones innovadoras y tecnologías emergentes como el hidrógeno verde, con el potencial de llegar a un sistema de energía neta cero. Invirtiendo en su comercialización, los gobiernos y las empresas pueden garantizar un crecimiento sostenido a largo plazo.
La generación de energía basada en energías renovables se convertiría en la columna vertebral de los futuros mercados energéticos, apoyada por industrias relacionadas con la transición como el almacenamiento de baterías. Pero la calefacción y la refrigeración renovables también deben ser ampliadas junto con la eficiencia energética. La exploración del transporte basado en las energías renovables se amplía con incentivos para los vehículos eléctricos (EV) y la inversión continua en infraestructura (incluyendo redes inteligentes y estaciones de recarga de EV), así como soluciones de combustible emergentes.
“Ahora es el momento de invertir en un futuro mejor”, dijo La Camera. “Las políticas gubernamentales y las opciones de inversión pueden crear el impulso necesario para promulgar un cambio sistémico y llevar a cabo la transformación energética lejos de los combustibles fósiles”.
“Es más urgente que nunca impulsar un cambio estructural hacia sistemas de energía más limpios y economías y sociedades más resistentes. Por encima de todo, este es un programa mundial, y no debemos dejar a nadie atrás”, concluyo La Camera.
Vídeo. El Director General de la IRENA, Francesco La Camera, sobre la recuperación post-COVID-19.
Basado en el primer Global Renewables Outlook de IRENA, que muestra que es posible transformar el sistema energético mundial de acuerdo con el Acuerdo de París, el nuevo informe se centra en cómo y dónde las inversiones e intervenciones políticas pueden acelerar la recuperación económica y, al mismo tiempo, marcar el camino hacia un sistema energético descarbonizado.
En otra noticia, la Agencia Internacional de Energía también exponia un plan de recuperación sostenible de tres años para revitalizar las economías e impulsar el empleo del impacto de Covid-19 y no perder los objetivos de sostenibilidad pautados para una transición energética limpia.
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