Un grupo de investigadores ha desarrollado y probado con éxito en laboratorio una novedosa batería de titanio-aire (batería Ti-aire). El titanio resulta interesante como material de almacenamiento de electricidad, además es relativamente ligero y extremadamente resistente.
Las baterías de metal-aire constituyen una importante línea de desarrollo como prometedores dispositivos de almacenamiento de energía, desde la electrónica de baja potencia hasta las aplicaciones a gran escala. Estas baterías prometen ofrecer densidades energéticas teóricas muy elevadas, ser respetuosas con el medio ambiente, rentables y seguras.
Entre los posibles ánodos candidatos para las baterías de metal-aire, la mayoría de las investigaciones se han centrado en el zinc, el aluminio, el hierro y el silicio. En cambio, el titanio apenas se ha considerado un material activo y aún no se dispone de resultados experimentales.
Ahora, investigadores del Forschungszentrum Jülich han desarrollado con éxito y probado en laboratorio una novedosa batería de titanio-aire (batería Ti-aire). La batería se ha desarrollado en colaboración con investigadores del Technion – Instituto Tecnológico de Israel en Haifa.
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Las baterías de metal-aire son especialmente adecuadas para aplicaciones en las que el tamaño compacto es importante y en sistemas de almacenamiento estacionario a gran escala que utilizan materiales de bajo coste, comunes y no tóxicos. El titanio, aunque conocido como un material caro, es mucho más barato que el litio en cuanto a costes de material, pero es más caro que el aluminio.
El titanio es el noveno material más frecuente en la corteza terrestre, por lo que los recursos disponibles son correspondientemente abundantes.
Además, el titanio es interesante como material de almacenamiento de electricidad porque cada átomo puede donar hasta cuatro electrones para la transferencia de carga, al tiempo que es relativamente ligero y extremadamente resistente.
En una novedosa batería primaria no acuosa de titanio-aire, los investigadores lograron utilizar su potencial electroquímico para el almacenamiento de energía eléctrica aplicando oligofluorohidrogenato de 1-etil-3-metilimidazolio (EMIm(HF)2.3F) líquido iónico a temperatura ambiente. Los líquidos iónicos consisten en sales con un punto de fusión atípico y muy bajo, que se utilizan en diversas aplicaciones debido a sus propiedades eléctricas y materiales especiales.
Teóricamente, las baterías de titanio-aire tienen de dos a tres veces la densidad energética de las baterías de zinc-aire que se utilizan hoy en día como pilas de tipo botón estándar en audífonos, módulos de control y sensores.
Figura 1. Esquema de la batería de titanio-aire.
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El voltaje teóricamente alcanzable de la batería de titanio-aire se sitúa en un rango similar al de las baterías de zinc-aire. En los experimentos, la batería de Ti-aire pudo funcionar con éxito con corrientes de descarga relativamente altas, de hasta 0,75 mA cm-2, con una tensión media de célula de hasta 1,2 voltios, lo que arroja una capacidad de descarga de hasta 66 mAh cm-2.
Los investigadores afirman que, cuando se aprovecha todo su potencial, esta batería metálica tiene el potencial único de ser el único metal con 4 electrones transferidos durante su descarga.
Noticia tomada de: Inceptive Mind / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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