Según un nuevo informe de la Agencia Internacional de Energía (por sus siglas en inglés, IEA), África se volverá cada vez más influyente en la configuración de las tendencias energéticas mundiales durante las próximas dos décadas, a medida su población es cada vez más urbana
Africa Energy Outlook 2019, un estudio de la Agencia Internacional de Energía, encuentra que las políticas actuales y los planes de inversión en los países africanos no son suficientes para satisfacer las necesidades energéticas de la población joven y de rápido crecimiento del continente. Hoy, 600 millones de personas en África no tienen acceso a la electricidad y 900 millones carecen de acceso a instalaciones de cocina limpias.
Se espera que el número de personas que viven en las ciudades de África aumente en 600 millones en las próximas dos décadas, mucho más que el aumento experimentado por las ciudades de China durante el auge económico y energético de 20 años del país.
La población general de África superará los 2.000 millones antes de 2040, lo que representa la mitad del aumento mundial durante ese período. Estos cambios profundos impulsarán el crecimiento económico del continente, el desarrollo de infraestructura y, a su vez, la demanda de energía, que se prevé que aumente un 60 % a alrededor de 1.320 millones de toneladas de petróleo equivalente en 2040, según las políticas y planes actuales.
El nuevo informe es el trabajo más completo y detallado de la IEA hasta la fecha sobre energía en todo el continente africano, con un énfasis particular en el África subsahariana. Incluye perfiles detallados de energía de 11 países que representan las tres cuartas partes del producto interno bruto y la demanda de energía de la región, incluidos Nigeria, Sudáfrica, Etiopía, Kenia y Ghana.
El informe deja en claro que el futuro energético de África no está predeterminado. Los planes actuales dejarían a 530 millones de personas en el continente aún sin acceso a la electricidad en 2030, quedando muy por debajo del acceso universal, un importante objetivo de desarrollo. Pero con las políticas correctas, podría alcanzar ese objetivo y al mismo tiempo convertirse en el primer continente en desarrollar su economía principalmente a través del uso de fuentes de energía modernas.
África podría aprovechar los ricos recursos naturales y los avances tecnológicos, para 2040 el continente podría satisfacer las demandas energéticas de una economía cuatro veces mayor que la actual con solo un 50 % más de energía.
“África tiene una oportunidad única para seguir un camino de desarrollo mucho menos intensivo en carbono que muchas otras partes del mundo”, dijo el Dr. Fatih Birol, Director Ejecutivo de la IEA.
“Para lograr esto, debe aprovechar el enorme potencial que ofrecen la energía solar, eólica, hidroeléctrica, gas natural y eficiencia energética. Por ejemplo, África tiene los recursos solares más ricos del planeta, pero hasta ahora solo ha instalado 5 gigavatios de energía solar fotovoltaica (PV), lo que representa menos del 1 % de la capacidad global”, Agrego el Dr. Fatih Birol.
Si los responsables políticos hacen un fuerte énfasis en las tecnologías de energía limpia, la energía solar fotovoltaica podría convertirse en la mayor fuente de electricidad del continente en términos de capacidad instalada para 2040.
El gas natural seguirá liderando
Es probable que el gas natural se corresponda bien con el impulso de crecimiento industrial de África y la necesidad de un suministro de electricidad flexible. Hoy, la proporción de gas en la combinación energética del África subsahariana es la más baja de cualquier región del mundo. Pero eso podría estar a punto de cambiar, especialmente teniendo en cuenta los suministros que África tiene a su disposición:
África es el hogar de más del 40 % de los descubrimientos mundiales de gas en lo que va de la década, especialmente en Egipto, Mozambique y Tanzania.
Los recursos naturales de África no se limitan a la luz solar
También posee importantes reservas de minerales como el cobalto y el platino que se necesitan en las industrias de energía limpia de rápido crecimiento.
“África tiene la clave para las transiciones mundiales de energía, ya que es el continente con los ingredientes más importantes para producir tecnologías críticas”, dijo el Dr. Birol.
“Por ejemplo, la República Democrática del Congo representa dos tercios de la producción mundial de cobalto, un elemento vital en las baterías, y Sudáfrica produce el 70 % del platino del mundo, que se utiliza en las pilas de combustible de hidrógeno. A medida que se aceleran las transiciones de energía, también lo hará la demanda de esos minerales”, expreso Dr Birol.
Los países africanos están en primera línea en lo que respecta al cambio climático, lo que significa que la planificación de la infraestructura energética del continente debe ser resistente al clima.
“Aunque África ha producido solo alrededor del 2 % de las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la energía hasta la fecha, sus ecosistemas ya sufren desproporcionadamente por los efectos de un clima cambiante”, dijo el Dr. Birol. “Están expuestos a mayores riesgos para la alimentación, la salud y la seguridad económica”.
Para 2040, se espera que 500 millones de personas adicionales en África vivan en áreas que requieren algún tipo de enfriamiento a medida que las poblaciones se expanden y aumentan las temperaturas promedio. Aunque se espera que África experimente un rápido crecimiento económico en las próximas dos décadas, su contribución a las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la energía aumentará a solo el 3 % para 2040, según las políticas y planes actuales.
Para este informe, la IEA desarrolló un nuevo escenario que analiza cómo el sector de la energía puede estimular las ambiciones de crecimiento de África y, al mismo tiempo, alcanzar objetivos clave de desarrollo sostenible para 2030, incluido el acceso total a la electricidad y las instalaciones de cocina limpia. El caso de África se basa en la Agenda 2063, el marco estratégico de los líderes africanos para el desarrollo económico e industrial del continente. El crecimiento económico en el caso de África es significativamente más fuerte en las próximas dos décadas que en el escenario basado en las políticas actuales, pero la demanda de energía es menor. Esto está relacionado con un alejamiento acelerado del uso de biomasa sólida (como la madera) como combustible y con la amplia aplicación de políticas de eficiencia energética.
Según el comunicado, la IEA ha estado monitoreando de cerca el sector energético de África durante mucho tiempo: el análisis de la IEA sobre los problemas de acceso a la energía en el continente comenzó en 2002 y está previsto que se expanda significativamente. Este nuevo informe llega en un momento importante en la profundización del compromiso de la IEA con África. En mayo, la IEA y la Comisión de la Unión Africana organizaron conjuntamente su primera cumbre ministerial conjunta en la que las dos organizaciones firmaron un Memorando de Entendimiento para guiar la futura colaboración. Un segundo foro ministerial se llevará a cabo en 2020.
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