Los precios al consumo en la mayor economía europea volvieron a subir en julio, ya que los precios de la energía se dispararon un 35% respecto a hace un año.
La inflación anual en Alemania aumentó en julio hasta el 8,5%, desde el 8,2% del mes anterior, ya que los nuevos recortes en los suministros de gas natural desde Rusia crearon temor a que los precios de la energía, que ya son récord, suban aún más.
Los datos oficiales publicados este jueves mostraron que los precios de la energía subieron más de un 35% con respecto a hace un año y siguieron siendo el factor más importante para impulsar la inflación en la mayor economía de Europa.
“Los precios de la energía, en particular, han aumentado considerablemente desde que comenzó la guerra en Ucrania y han tenido un impacto considerable en la elevada tasa de inflación”, dijo la oficina federal de estadística en un comunicado.
También citó las continuas interrupciones de la cadena de suministro causadas por la pandemia de coronavirus y un salto en el coste de producción de los productos industriales como impulsores del aumento.
El aumento global fue una sorpresa. Los analistas habían pronosticado que la tasa de inflación sería menor, según las encuestas de Bloomberg y Reuters.
Hasta ahora, los proveedores de energía se han llevado la peor parte del desorbitado aumento del precio del gas natural. Una empresa energética con problemas financieros, Uniper, fue rescatada la semana pasada por el gobierno, que tomó una participación del 30%.
Pero a partir de este otoño, el gobierno introducirá un recargo energético de varios céntimos por kWh en las facturas de energía de los consumidores que se trasladará a las empresas de servicios públicos. Las autoridades esperan que el recargo se traduzca en un aumento anual de varios cientos de euros por hogar.
Alemania al borde de la recesión
Alemania, que sigue dependiendo del gas natural ruso para un tercio de sus necesidades, se ha visto especialmente afectada por la decisión de Rusia de reducir drásticamente las entregas de este combustible.
Esta semana, el gigante energético Gazprom redujo los flujos a través del gasoducto Nord Stream 1 hacia Alemania al 20 % de su capacidad, lo que supone una nueva restricción a unas exportaciones ya limitadas.
Los economistas han dicho que el país está al borde de la recesión, ya que el sentimiento empresarial disminuye y los funcionarios instan a los ciudadanos a reducir su consumo de energía de cualquier manera posible, incluso dándose duchas frías.
La semana pasada, el Banco Central Europeo subió los tipos de interés por primera vez en más de una década para controlar el aumento de los precios en medio de la creciente preocupación por una desaceleración económica.
El panorama mundial ha empeorado en los últimos meses, ya que la inflación ha subido en casi todos los rincones del mundo y los trastornos provocados por las pandemias siguen causando estragos en las cadenas de suministro. Para la eurozona, el bloque de 19 países que utilizan el euro, el panorama se ha ensombrecido especialmente.
Noticia tomada de: New York Times / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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