Los ingresos rusos por las exportaciones de combustibles fósiles a la Unión Europea se dispararon durante los dos primeros meses de la guerra de Ucrania, a pesar de que algunos compradores rehuyeron la energía rusa y buscaron proveedores alternativos.
Según un informe del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (Centre for Research on Energy and Clean Air – CREA), las importaciones de la Unión Europea de combustibles fósiles rusos supusieron 44.000 millones de euros (46.300 millones de dólares) desde el 24 de febrero, día en que Rusia lanzó su invasión, hasta el 24 de abril.
Esta cifra es más del doble del valor de la energía rusa importada por los Estados de la UE durante el mismo periodo de dos meses del año pasado, declaró a la CNN el analista principal de CREA, Lauri Myllyvirta.
La Unión Europea representó alrededor del 70% de los ingresos por exportación de combustibles fósiles de Rusia a nivel mundial, que ascendieron a 63.000 millones de euros (66.300 millones de dólares) en el bimestre.
Los precios de la energía han subido en el último año a medida que los países salían de los bloqueos, lo que ha hecho aumentar la demanda. La invasión rusa de Ucrania dio un nuevo impulso a los precios del petróleo y el gas. Los países miembros de la OPEP tampoco han cumplido con los aumentos de producción prometidos, lo que ha reducido aún más la oferta.
El aumento de los precios, más que de los volúmenes, es lo que explica la mayor parte de ese incremento.
La Unión Europea importó un 10% más de gas ruso a través de gasoductos en el bimestre, y un 20% más de gas natural licuado, pero los volúmenes de exportación de petróleo y carbón rusos al bloque cayeron un 20% y un 40%, respectivamente.
Los resultados se han publicado en un momento en el que Europa se ve sometida a una presión cada vez mayor para que prohíba las importaciones de petróleo ruso y acelere su salida del gas ruso para dejar de enriquecer al Kremlin y financiar indirectamente la guerra de Ucrania.
También se produce cuando la empresa energética rusa Gazprom ha cortado el suministro de gas a Polonia y Bulgaria, en un intento de presionar a las empresas europeas para que paguen en rublos. Rusia está tratando de apuntalar su moneda en espiral.
La economía rusa se ha visto afectada por las sanciones occidentales, que han afectado al banco central del país y han congelado cerca de la mitad de los 600.000 millones de dólares de reservas de divisas del país.
“El hecho de que sus arcas estén abultadas debido a las ganancias inesperadas que han obtenido de los precios de los combustibles fósiles es un resultado muy perverso”, dijo Myllyvirta a la CNN.
La guerra de Ucrania es un reto para Europa
Deshacerse rápidamente de los combustibles fósiles rusos será un reto para el bloque de 27 países, que antes de la guerra dependía de Rusia para cerca del 40% de sus importaciones de gas natural, así como el 27% de sus importaciones de petróleo y el 46% de las de carbón.
La interrupción brusca de estas compras tendría graves consecuencias para los consumidores y las empresas.
Es particularmente difícil para Alemania, que ha sido el mayor comprador individual de combustibles fósiles rusos a nivel mundial desde la invasión, con compras por valor de 9.100 millones de euros, según CREA.
Italia fue el siguiente mayor comprador, transfiriendo 6.900 millones de euros a Rusia, seguida de China, Países Bajos, Turquía y Francia.
Incluso, varias empresas energéticas europeas están ahora en conversaciones con Gazprom sobre sus contratos de gas. El jueves, la empresa alemana Uniper y la austriaca OMV dijeron que creían posible cumplir el nuevo mecanismo de pago de Moscú sin caer en las sanciones de la UE.
La Unión Europea se ha comprometido a romper su dependencia de la energía rusa para 2027, y está trabajando en un embargo de petróleo que podría anunciarse ya la semana que viene, pero el informe muestra que las medidas de diversificación anunciadas hasta ahora conseguirán poco a corto plazo.
Para llegar a sus conclusiones, los investigadores de CREA rastrearon las entregas por mar utilizando datos de localización de buques (AIS), y las entregas por gasoducto utilizando datos de Eurostat y de la Red Europea de Operadores de Sistemas de Transmisión de Gas.
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