En medio de la creciente crisis geopolítica, Estados Unidos y la Unión Europea tienen previsto intensificar sus esfuerzos para garantizar la seguridad energética y reducir las emisiones, en un intento de acelerar el despliegue de tecnologías limpias en línea con los objetivos de cero emisiones netas, al tiempo que persiguen la diversificación de los suministros energéticos a Europa de forma sostenible.
En una declaración conjunta realizada el lunes durante la reunión del G7, la UE y Estados Unidos subrayaron que, tras la nueva invasión de Ucrania, Rusia sigue utilizando el gas natural como “arma política y económica”, y añadieron que la coacción energética rusa ha ejercido presión sobre los mercados energéticos, ha aumentado los precios para los consumidores y ha amenazado la seguridad energética mundial.
Además, ambos señalaron que esto quedó demostrado recientemente por las “agudas motivaciones políticas” de las interrupciones del suministro de gas a varios Estados miembros de la UE, lo que subraya la importancia del trabajo que tanto Estados Unidos como la Comisión Europea están realizando para poner fin a la dependencia europea de la energía rusa.
En el caso de Europa, esto se ilustra a través del plan REPowerEU, que confirmó el objetivo de la UE de alcanzar la independencia de los combustibles fósiles rusos mucho antes del final de la década, sustituyéndolos por suministros de energía estables, asequibles, fiables y limpios.
En busca de una forma de abordar los retos que supone la reducción de las importaciones energéticas procedentes de Rusia, el 25 de marzo el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la Presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, anunciaron la creación de un grupo de trabajo conjunto sobre seguridad energética, al tiempo que se daba a conocer el acuerdo de suministro de GNL entre la UE y Estados Unidos.
Estados Unidos y la Comisión Europea afirman que desde entonces han dado “importantes pasos” para reducir la dependencia de la UE de los combustibles fósiles rusos. Esto se ha hecho disminuyendo la demanda de gas natural, cooperando en tecnologías de eficiencia energética y diversificando el suministro de energía. Además, este dúo está adoptando “medidas decisivas” para reducir la demanda global de combustibles fósiles en consonancia con el Acuerdo de París y el objetivo compartido de emisiones netas cero a más tardar en 2050.
Estados Unidos y la UE subrayaron que están trabajando para diversificar el suministro de energía a Europa. Cuando Rusia cortó el suministro de gas natural a varios Estados miembros de la UE, EE.UU. y otros productores dieron un paso adelante y, debido a ello, las exportaciones mundiales de GNL a Europa han aumentado un 75% desde marzo de 2022 en comparación con 2021, mientras que las exportaciones de GNL de EE.UU. a Europa casi se han triplicado.
Para facilitar estos esfuerzos, en marzo se creó la Plataforma de la Energía de la UE para coordinar las medidas destinadas a garantizar un suministro energético fiable y diversificado para la UE, incluso mediante la compra común voluntaria de gas de gasoducto, GNL e hidrógeno. Además, se creó la primera Plataforma Regional de la Energía para el Sudeste de Europa, con el fin de apoyar la diversificación del gas en esta región, tradicionalmente dependiente del suministro ruso.
“Estados Unidos es un socio clave para la diversificación sostenible de los suministros de gas a esta región y a otros Estados miembros de la UE gravemente afectados, entre otras cosas, apoyando la reducción de la demanda y acelerando las tecnologías limpias”, según se indica en la declaración conjunta de la CE.
Teniendo en cuenta el impacto medioambiental de la producción y el consumo de GNL, EE.UU. y la CE pretenden intensificar su cooperación para reducir las emisiones de metano.
Esto se hará para asegurarse de que el comercio de GNL entre la UE y Estados Unidos esté “alineado con el alcance de una norma de medición, notificación y verificación internacionalmente aceptada para las emisiones de metano, al tiempo que se trabaja para reducir el venteo y la quema en antorcha en la producción de gas natural, y las fugas de metano en la cadena de transmisión y suministro de GNL”.
Ambos planean también continuar su cooperación para reducir las emisiones de metano a nivel mundial y se espera que el lanzamiento conjunto con otros 11 países de la Senda Energética del Compromiso Global de Metano haga avanzar tanto el progreso climático como la seguridad energética a nivel internacional.
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