La administración del Presidente Joe Biden está empezando a sentar las bases para aumentar de forma segura los volúmenes de hidrógeno que podrían transportarse por oleoductos y almacenarse, posiblemente en mezclas con gas natural.
La Administración de Seguridad de Oleoductos y Materiales Peligrosos de los Estados Unidos (US Pipeline and Hazardous Materials Safety Administration, PHMSA, por sus siglas en inglés) tiene previsto ampliar su investigación para estudiar los efectos del hidrógeno en las tuberías y el almacenamiento subterráneo, según un anuncio publicado hoy.
La investigación, que se debatirá en un foro público el 1 de diciembre, se produce en un momento en que la Administración considera el hidrógeno como un combustible que podría ser útil en sectores difíciles de descarbonizar, como el transporte pesado.
“El hidrógeno es una de las fuentes de energía versátiles más interesantes del futuro”, dijo ayer el subsecretario de Energía de EE UU, David Turk. “Ofrece soluciones no sólo para el transporte pesado, sino para diversas aplicaciones industriales”.
El sector del petróleo y el gas ha impulsado un mayor uso del hidrógeno como forma de cumplir sus objetivos climáticos, pero para ello es necesario abaratar su coste, producirlo sin liberar grandes cantidades de gases de efecto invernadero y encontrar una forma de transportarlo con seguridad. Pero uno de los retos del transporte de hidrógeno es que, a altas concentraciones y presiones, puede hacer que el metal se vuelva frágil.
La PHMSA quiere seguir investigando cómo se comporta el gas hidrógeno en las instalaciones de almacenamiento subterráneo, cómo reacciona químicamente con las rocas cercanas, sus propiedades de fuga y sus posibles efectos sobre los microbios. Otros temas de investigación incluyen el modo en que el hidrógeno y las mezclas de hidrógeno y metano podrían afectar a las herramientas de inspección en línea utilizadas en las tuberías, los equipos de las estaciones de compresión y las tuberías de cloruro de polivinilo utilizadas en los sistemas de distribución.
La nueva investigación se produce en un momento en el que el gobierno de Biden trabaja con el Congreso estadounidense, liderado por los demócratas, para reducir el coste del hidrógeno limpio.
La mayor parte del hidrógeno que se produce en EE.UU. se obtiene a partir del metano, un proceso que, según los científicos, es peor para el clima que la simple combustión de gas natural debido a la energía adicional que requiere. Para evitar las emisiones será necesario capturar el CO2 durante el proceso, o producir hidrógeno a partir de energías renovables o energía nuclear.
Los demócratas están estudiando un proyecto de ley presupuestaria de 3,5 billones de dólares que ofrece créditos fiscales para el hidrógeno que logre una reducción de las emisiones de carbono en su ciclo de vida de al menos 40pc en comparación con el proceso convencional de metano.
El crédito fiscal sería de 3 dólares/kg para el hidrógeno con una reducción de emisiones del 95 por ciento, y de 60 céntimos/kg para una reducción de emisiones del 40 al 75 por ciento.
Noticia tomada de: Argus Media / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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