La ministra de Energía de España, Teresa Ribera, instó el lunes a las empresas españolas a reducir las importaciones de gas natural licuado procedentes de Rusia y a buscar alternativas, y dijo que el país está preparando un plan de contingencia para el invierno con el fin de ayudar a los vecinos de la UE.
“Es deseable que los comercializadores traten de minimizar las importaciones de gas ruso y diversificar los contratos que puedan tener”, dijo en una rueda de prensa.
A diferencia de la mayor parte de la UE, España no depende del gas ruso por gasoducto, pero tiene el mayor número de terminales de importación de GNL de Europa, 6 en total.
Sin embargo, estos seis terminales de importación, no están bien conectados mediante gasoductos con otros países, lo que limita el acceso europeo a las importaciones de GNL.
Importación de GNL ruso de España
España ha invertido mucho en las últimas décadas en capacidad de descarga y regasificación de GNL y tiene poca dependencia del suministro energético ruso. En mayo de 2022, el GNL ruso representó el 11,9% de las importaciones españolas de gas, frente al 6,6% del mismo mes de 2021.
España insta ahora a los importadores a minimizar la exposición a los contratos de GNL ruso y, al mismo tiempo, a adoptar algunas medidas de ahorro energético para ayudar a otros mercados de la UE con el suministro de energía.
Aunque está en mejor posición que la mayoría de los países europeos, Ribera dijo que España tratará de ahorrar energía para liberar recursos que utilizar en “solidaridad” con los vecinos de la UE más expuestos.
“Nos preguntamos cómo podemos contribuir a ayudar a nuestros vecinos, sabiendo que ésta es una de las reglas fundamentales del funcionamiento de Europa”, dijo.
El plan promoverá el “uso inteligente” de la energía para ahorrarla y la sustitución del gas por otras fuentes de energía.
Aunque España no depende del gas ruso, su gobierno está trabajando para aumentar la eficiencia energética, ya que la Unión Europea pretende reducir la dependencia del gas ruso en dos tercios sólo a finales de este año.
En mayo, el gobierno español aprobó un decreto que limita el uso del aire acondicionado en los edificios públicos como parte de una estrategia para conservar energía y reducir la dependencia europea del gas ruso.
Por otra parte, el mayor gasoducto que lleva el gas ruso a Alemania comenzó el lunes su mantenimiento anual, y se espera que los flujos se detengan durante 10 días, pero los gobiernos, los mercados y las empresas temen que el cierre se prolongue debido a la guerra en Ucrania.
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