En Australia, más de la mitad de la matriz de generación eléctrica está compuesta por centrales de energía basadas en carbón, las cuales se están enfrentando una creciente competencia proveniente de las instalaciones de paneles solares en techos, que están satisfaciendo cada vez más la demanda diurna de energía.
Esta situación podría significar cierres tempranos de plantas entre la flota envejecida del país. Con ello, los planificadores de energía tienen la difícil tarea de garantizar la seguridad energética y, al mismo tiempo, reemplazar el flujo confiable de la energía proveniente del carbón por una generación renovable que es más fluctuante.
Figura 1. Composición por fuente de la generación de energía en Australia
La presidenta de la Junta de Seguridad Energética, Kerry Schott, expresó en una cumbre virtual de energía este jueves 23, que tienen problemas con los cierres de la generación de energía proveniente del carbón, debido a que algunas plantas se están volviendo antieconómicas y otras tienen en este momento márgenes muy estrechos de utilidad.
El aumento de la nueva capacidad eólica y solar ha impulsado a la baja los precios al mayor de la electricidad, llevándolo en algunas partes de la red a la cifra de US$ 29 (A$40) el megavatio-hora.
Este precio es incluso más bajo de lo que le cuesta a la planta comprar el carbón, dijo Schott.
La reducción de la demanda debido a las restricciones de la pandemia también ha disminuido los precios. Si bien eso es algo bueno para el consumidor, es vital asegurarse de que cualquier capacidad perdida debido a los retiros de plantas de carbón, se reemplaza de una manera que también salvaguarde la seguridad y fiabilidad de la red.
El enorme interés de los australianos por las instalaciones solares en techos ha contribuido a minar la utilidad de las plantas de carbón. Actualmente casi 1 de cada 4 cuatro hogares australianos tiene paneles, y todavía hay margen para que la capacidad solar aumente en un 500% para 2050, según BloombergNEF.
Un medio para cumplir los objetivos climáticos
La flota de generación con carbón en Australia es propiedad en su mayoría de las tres grandes compañías eléctricas del país: AGL Energy Ltd., Origin Energy Ltd. y Energy Australia, propiedad de CLP Holdings.
La planta de energía Liddell, propiedad de AGL Energy, iniciará una serie de retiros en el lapso de una década, con cierre escalonado a partir de 2022.
Desde otro punto de vista, para muchos, estos cierres son necesarios para que el mundo cumpla sus objetivos a largo plazo para frenar el calentamiento global.
“Tal como está ahora, si las plantas siguen operando de manera habitual, entonces será imposible y podemos olvidarnos de alcanzar objetivos climáticos efectivos, dijo el jueves, en la misma cumbre virtual, el Director Ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía, Fatih Birol
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