El carbón ha venido en constante declive en su consumo, sin embargo, por ser éste el más barato de los combustibles fósiles, sigue siendo popular entre las empresas de fundición y las de generación de energía eléctrica.
Su consumo a escala mundial está disminuyendo, pero la realidad es que esta disminución apenas comenzó en la década actual.
Recientemente, un estudio proyectó que este año se verá una caída récord en el uso del carbón del 3% a nivel mundial, pero el final del uso intensivo del carbón aún no está a la vista.
Está claro que la economía de la producción de carbón ya no tiene sentido en muchas partes del mundo donde es simplemente más barato generar electricidad a partir de gas natural y energías renovables. Sin embargo, hay muchas otras partes del mundo donde el carbón aún tiene el mayor sentido económico por una variedad de razones, incluida la falta de acceso a la tecnología renovable y los fondos para invertir en ella.
One Belt, One Road, una iniciativa impulsada por carbón
La Iniciativa Belt and Road es un ambicioso programa de inversión internacional diseñado por China que involucra proyectos de infraestructura por un valor total de US$ 12 billones y que abarca hasta 126 países.
China propuso la iniciativa Belt and Road (BRI) en 2013 para mejorar la conectividad y la cooperación a escala transcontinental. Si se completa, los proyectos de transporte BRI podrían reducir los tiempos de viaje a lo largo de los corredores económicos en un 12%, aumentar el comercio entre 2.7% y 9.7%, aumentar los ingresos hasta un 3.4% y sacar a 7.6 millones de personas de la pobreza extrema.
La mayoría de estos son países en desarrollo y muchos aún no se han unido a la cruzada renovable contra el cambio climático. Es allí donde entra en escena el carbón que por ser ampliamente disponible y barato respecto a otros, seguramente se convertirá en el impulsor de la industrialización de estos países con la ayuda financiera de China.
Un estudio de Global Energy Monitor citado por Corporate Knights estima que los países cubiertos por la iniciativa Belt and Road pudieran terminar produciendo el 66% de las emisiones de carbono del mundo para 2050. Eso aumentaría su nivel actual de contabilización del 28% de las emisiones globales de CO2 y cancelaría los esfuerzos del resto del mundo para restringir el aumento de la temperatura a 2 grados centígrados.
Pero, ¿es el carbón el único culpable de las emisiones?, la respuesta, asombrosamente, es no.
Un reciente trabajo de investigación del Global Carbon Project (GCP) tuvo noticias decepcionantes para millones de personas preocupadas por el cambio climático. Este año, advirtieron los autores de la investigación, que las emisiones de dióxido de carbono alcanzaron un récord a pesar de todo lo que se está haciendo para detener el aumento de estas emisiones. Pero el culpable de este aumento no es el principal responsable, sino que lo es el gas natural.
Los datos recopilados por los investigadores de GCP revelaron que el gas natural ha reemplazado al carbón como el principal impulsor del crecimiento de las emisiones de dióxido de carbono en los últimos años.
También se ha convertido, debido a su abundancia y bajo precio, en la mayor fuente de generación de energía eléctrica en uno de los principales países productores de contaminantes al ambiente: los Estados Unidos.
“El gas natural puede producir menos emisiones que el carbón, pero eso solo significa que cocina el planeta un poco más lentamente”, dijo a The New York Times el director de investigación de un Centro de Investigación Climática Internacional. “Y eso es incluso antes de preocuparse por las fugas de metano”, agregó Glen Peters, quien ayudó a compilar los datos para el informe CGI.
El lado positivo es que el crecimiento de las emisiones de dióxido de carbono se está desacelerando y esto se debe en gran medida a la reducción del uso de carbón a nivel mundial. Este año, las emisiones del carbón disminuyeron aproximadamente en un 0.9%, lo que, aunque no es un número particularmente grande, sin embargo es significativo porque está disminución fue inesperada.
En Europa, el uso del carbón está disminuyendo drásticamente
Durante la primera mitad de 2019, según Carbon Brief, el uso del carbón en Europa cayó un 19%, lo cual es un número sin precedentes en todo el continente. En algunos países europeos como Italia, el Reino Unido y España, el carbón ahora representa menos del 10% de la combinación energética.
Las centrales eléctricas de carbón también se están retirando en los EE.UU., y la producción de carbón está disminuyendo.
En EE.UU. la desincorporación de capacidad se basa en costos de operación
La Administración de Información de la Energía (EIA) informó en su reporte de diciembre de 2019 que si bien las plantas a carbón de menor costo sobrevivirán en el futuro, las de mayor costo continuarán siendo retiradas de operación ya que no pueden competir con alternativas baratas a gas.
Figura 1. Cambios en la capacidad proyectada para plantas basadas en carbón (2008- 2050).
Según la EIA, entre 2019 y 2030, se retirarán unos 90 GW de capacidad de generación de carbón, la mayor parte de capacidad de alto costo. Este año y el próximo, las centrales eléctricas de carbón representarán el 25% y el 22% de la combinación energética, respectivamente. La producción de carbón también caerá este año en un 8% debido a esta caída en la demanda en el sector de servicios públicos.
Mientras tanto, China todavía está construyendo centrales eléctricas basadas en uso de carbón, al igual que lo está haciendo India.
A medida que la economía de China comenzó a desacelerarse hace un par de años, como informó recientemente Reuters, esta nación se mostró más dispuesta a renunciar a algunos de sus objetivos climáticos en favor de la energía barata.
Desde principios de 2018, el país ha construido 429 GW de nueva capacidad de carbón y otros 121 GW en construcción.
India es otro gran consumidor de carbón, aunque el consumo se ha desacelerado allí. Sin embargo, la razón de esto no es un esfuerzo concertado para reducir el uso del carbón, sino más bien la desaceleración del crecimiento económico.
El carbón es el combustible fósil más contaminante, también es el más barato. Como tal, no desaparecerá fácilmente en economías en desarrollo que simplemente no pueden darse el lujo de ser demasiado exigentes con la fuente de su energía cuando la demanda aumenta rápidamente.
Iniciativa innovadora
Heliogen es una startup cuyo objetivo es reemplazar los combustibles con energía solar. La startup está respaldada por Bill Gates y ha logrado un gran avance en energía verde para la industria pesada.
Heliogen ha creado la primera tecnología del mundo que puede reemplazar comercialmente los combustibles con calor solar de ultra alta temperatura sin carbono.
La industria pesada como el acero, el cemento y los productos petroquímicos son una de las últimas fortalezas del combustible fósil y son los principales contaminadores porque necesitan calor extremadamente alto para fabricar sus productos. Temperaturas a las que la energía solar y eólica ni siquiera podían acercarse, hasta ahora.
Según la agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (United States Environmental Protection Agency – EPA), la industria pesada genera más de una quinta parte de las emisiones globales.
Sin embargo, incluso con ese avance en energía solar, el carbón está lejos de desaparecer en su uso.
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