El nuevo Telescopio Espacial James Webb ya está listo y a un paso de emprender el vuelo. Los miembros del equipo de la misión han terminado de cargar combustible al sucesor del Hubble. Su lanzamiento está previsto para el 22 de diciembre desde el Centro Espacial de la Guayana en Kourou, Guayana Francesa.
El anuncio se hizo el lunes 6 de diciembre por parte de la Agencia Espacial Europea (ESA). La carga de combustible para el James Webb, que es un esfuerzo de colaboración internacional entre la NASA, la ESA y la Agencia Espacial Canadiense, duró 10 días y se completó el 3 de diciembre, según el comunicado de la ESA.
Tras una serie de retrasos desde que se inició el desarrollo del telescopio en 1996, el Webb sigue en camino de ser lanzado finalmente el 22 de diciembre a bordo de un cohete Ariane 5 de Arianespace.
Una vez lanzado con éxito y en el espacio, Webb iniciará una complicada serie de maniobras para desplegar sus paneles solares de camino a su destino final, donde comenzará a realizar observaciones.
Si todo va según lo previsto, el James Webb cambiará la astronomía al observar fenómenos cósmicos como las galaxias más lejanas jamás vistas, las atmósferas de planetas lejanos y los corazones de las regiones de formación estelar envueltas en polvo.
Aproximadamente 100 veces más potente que su predecesor, el telescopio espacial Hubble, que ha transformado nuestra comprensión del cosmos en los últimos 31 años, el James Webb revelará aspectos del Universo hasta ahora ocultos.
El James Webb, que observará el universo en luz infrarroja, está llamado a ser el telescopio más potente jamás lanzado al espacio.
El James Webb se dirige a un lugar del espacio situado a 930.000 millas (1,5 millones de kilómetros) conocido como L2, un punto de Lagrange o una ubicación gravitatoria estable en el espacio. A su llegada, el telescopio pasará seis meses en un “periodo de puesta en marcha” durante el cual el equipo se asegurará de que se despliegue correctamente y de que sus instrumentos funcionen bien.
Video. James Webb: una nueva ventana hacia el universo
Observar planetas lejanos
Cuando no esté observando estrellas y galaxias, Webb pasará gran parte de su tiempo escrutando planetas, en particular algunos de los miles que se han descubierto más allá del Sistema Solar. Puede observar cómo un planeta se desliza por la cara de una estrella y la luz de ésta brilla brevemente a través de la atmósfera del planeta.
El análisis espectral del James Webb puede revelar la composición de las atmósferas planetarias con más detalle que nunca, y los astrónomos están especialmente interesados en encontrar moléculas como el metano y el agua, que señalan condiciones que podrían albergar vida.
En su primer año, el James Webb estudiará algunos de los exoplanetas más famosos, incluidos los siete mundos del tamaño de la Tierra que orbitan la estrella TRAPPIST-1.
Figura 1. Observación en el espectro infrarrojo del Webb y el Hubble.
Los preparativos para el lanzamiento
“Los tanques de propulsión del James Webb se llenaron por separado con 21 galones (79,5 l) de oxidante de tetróxido de dinitrógeno y 42 galones (159 l) de hidracina”, escribió la ESA en el anuncio, añadiendo que el oxidante “mejora la eficiencia de la quema del combustible de hidracina”.
Ahora que el James Webb está cargado de combustible, el equipo de la misión comenzará las “operaciones combinadas”, según el comunicado. En esta fase, los equipos que están detrás del cohete y del telescopio se unirán para montar el telescopio en el cohete Ariane 5 y encapsularlo dentro del carenado del cohete. A continuación, la pareja recién unida se trasladará al edificio de ensamblaje final para los últimos preparativos antes del despegue.
El lanzamiento del James Webb estaba previsto para el 18 de diciembre (tras muchos retrasos anteriores, problemas presupuestarios y otros) pero, según informó la NASA, una banda de sujeción que sujeta al telescopio al adaptador del vehículo de lanzamiento que permitirá integrarlo en el vehículo de lanzamiento de Arianespace se había soltado inesperadamente.
Los equipos investigaron el imprevisto y realizaron pruebas adicionales antes de fijar una nueva fecha de lanzamiento y pasar a realizar una revisión de “consentimiento de combustible” antes de comenzar el abastecimiento.
Los científicos pretenden utilizar este instrumento para observar el cosmos a mayor distancia que nunca, lo que les permitirá echar un vistazo sin precedentes al pasado de nuestro universo.
Los científicos esperan que la potente tecnología de observación del James Webb permita a los investigadores descubrir más información sobre el universo primitivo, explorar cosas misteriosas como la materia y la energía oscuras y mucho más.
Una vez esté en el espacio
Cuando el James Webb despegue finalmente, lo que siempre es un procedimiento arriesgado, el telescopio se enfrentará a una secuencia de eventos cuidadosamente coreografiada de seis meses de duración que comienza con el despliegue y la colocación del parasol, y luego con el despliegue y la colocación de los espejos primario y secundario.
El telescopio comenzará a enfriarse mientras viaja hacia su órbita final alrededor del punto gravitatoriamente estable en el espacio conocido como L2, o el segundo punto de Lagrange.
Una vez en este punto, el Webb siempre apuntará en dirección contraria al Sol, con la Tierra a sus espaldas, lo que le permitirá ver objetos lejanos mientras el parasol lo mantiene frío.
Luego vendrán dos meses de sincronización y alineación de los espejos y la óptica del telescopio, y un mes de calibración de los instrumentos. En junio de 2022, si todo va bien, el James Webb estará finalmente listo para la ciencia.
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