La deuda colectiva de las compañías de petróleo y gas que solicitaron protección por bancarrota en el primer semestre del año, supera los US$ 30,000 millones. Se trata de 23 empresas, de las cuales 18 presentaron solicitud durante el segundo trimestre del año.
Ahora, con el resurgimiento de nuevos casos y el consecuente resurgimiento en las dudas sobre las perspectivas de la demanda de petróleo, seguramente continuarán las presentaciones de bancarrota.
Es razonable esperar que un número considerable de productores continúen buscando protección contra los acreedores en la ley de bancarrota, incluso si los precios del petróleo se recuperan en los próximos meses, así lo expresó la firma de abogados corporativos Haynes & Boone en su informe de junio sobre las quiebras en el sector de petróleo y gas.
Hasta que las economías vuelvan a la normalidad, señaló el bufete de abogados, es poco probable que la situación del petróleo y el gas marque una mejora notable.
Sin embargo, dentro de la industria existen diferentes grados de vulnerabilidad. Los servicios de yacimientos petrolíferos, por ejemplo, son los más vulnerables, como señaló Westwood Global Energy Group en un informe reciente.
Los servicios de yacimientos petrolíferos son tradicionalmente los más vulnerables debido a su dependencia casi completa del segmento upstream. Cuando la exploración y la producción se contraen, las empresas que realmente prestan estos servicios son las que más seriamente resultan afectadas.
Si bien el segmento upstream también recibió un duro impacto por el desplome de los precios del petróleo de 2014-2016, esto no resultó ser tan doloroso como lo fue para sus proveedores de servicios. Estos últimos se vieron obligados a bajar los precios de sus servicios para sobrevivir, lo que a su vez ayudó a los productores a limitar sus pérdidas.
Sin embargo, el sector upstream también está en graves dificultades, especialmente en el shale estadounidense, señaló Arindam Das, Jefe de Consultoría de Westwood Global Energy Group.
Según Das, los productores de shale son el grupo más vulnerable dentro de la industria del petróleo y el gas después de los proveedores de servicios de yacimientos petrolíferos, junto con empresas de exploración y producción más pequeñas en el oeste de Canadá.
En perspectiva, la cifra real de deuda de las compañías
En el primer semestre de 2020 la cifra exacta de deuda acumulada de las compañías que solicitaron protección por bancarrota es de US$ 30,620 millones. De la cual US$ 29,000 millones corresponden solo al segundo trimestre.
Mientras que si se compara, todas las empresas que entraron en bancarrota en 2019, acumularon deuda por US$ 25,770 millones. La sola cifra del segundo semestre de 2020 supera a la deuda acumulada por las empresas que se ampararon en el Capítulo 11 de la Ley de bancarrotas de EE.UU durante todo el 2019.
Por este motivo es que los bancos son cada vez más reacios a hacer negocios con una industria que está enfrentando graves problemas. Los bancos comenzaron a endurecer sus requisitos para los prestatarios del sector del shale antes de la crisis, ya que muchos de ellos siguieron sin alcanzar sus objetivos de producción a pesar del auge general de la producción.
Ahora, con las perspectivas más sombrías de lo que ha sido durante mucho tiempo, están endureciendo aún más sus requisitos de préstamo, aunque, como señala Westwood Global Energy, los bancos siguen abiertos a las empresas con buena reputación de larga data.
También aquí los proveedores de servicios de yacimientos petrolíferos están en una posición más débil que casi todos los demás. Los bancos han estado reduciendo su exposición a este segmento de la industria durante un tiempo antes de que la crisis golpeara severamente, y parece que lo seguirán haciendo mientras endurecen sus criterios de préstamo para los actores del sector que siguen siendo sus clientes.
Las actividades de exploración no están en el enfoque a corto plazo para el capital, ya sea público o privado.
Una situación sin precedentes
Las fusiones y consolidaciones serían alternativas que pudiera ayudar a la industria estadounidense del petróleo y el gas a recuperarse, sin embargo, hasta ahora, el único acuerdo importante que ha sido noticia fue la adquisición de Noble Energy por parte de Chevron.
La incertidumbre es un factor importante. El futuro de la industria, especialmente en el sector del shale, es aún más incierto, y esto puede estar desmotivando las intenciones de las empresas que tienen suficiente respaldo de capital privado para hacerse de buenos activos a precios de oferta.
Bajo tal escenario la precaución es la que prevalece para todos, ya sean vendedores, compradores, socios o prestamistas.
Esto podría cambiar, según Westwood Global, los compradores respaldados por capital privado aún podrían decidir aprovechar el entorno de bajos precios del petróleo que está haciendo que una gran cantidad de activos sean barato.
Si eso sucede, el capital irá tras los activos que sean capaces de generar efectivo, en lugar de aquellos activos en las primeras etapas de desarrollo que requerirían una fuerte inversión para explotar. De hecho, este parece ser el sentimiento predominante en la industria.
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