Dos meses después de que el presidente Joe Biden, anunciara un esfuerzo sin precedentes entre las principales economías consumidoras de petróleo para colaborar en la bajada de los precios de los combustibles, los precios vuelven a acercarse a máximos de varios años.
Biden encabezó en noviembre una liberación coordinada de petróleo de las reservas estratégicas con Japón, India, Corea del Sur, Gran Bretaña y China que ayudó a calmar los precios, aunque al final el gigante asiático no participó.
El crudo Brent, de referencia mundial, superó el miércoles los US$ 84 por barril y los principales analistas prevén que el petróleo podría superar los US$ 100 por barril en el primer trimestre.
El crudo Brent cayó brevemente por debajo de los US$ 70 el barril, pero los efectos fueron efímeros.
El aumento de los precios del petróleo supone un dolor de cabeza político para Biden y cualquier presidente estadounidense, porque Estados Unidos es el mayor consumidor de gasolina del mundo, con unos 9 millones de barriles bpd de este combustible.
Los precios del crudo representan aproximadamente dos tercios del precio de la gasolina, lo que hace que el precio del producto sea una parte importante del presupuesto de los consumidores.
Los republicanos señalan a las políticas centradas en el clima, apoyadas por el demócrata Biden, como responsables del aumento de los precios, pero la realidad es que el mercado del petróleo está ligado a factores globales que escapan al control de cualquier partido político estadounidense.
Los inversores han estado comprando petróleo ante la expectativa de que la variante del coronavirus Ómicron tenga un efecto limitado en la actividad económica mundial.
Actualmente, los precios en los surtidores de Estados Unidos están unos 80 centavos de dólar por galón por debajo de su récord histórico alcanzado en 2008, pero se espera que suban.
¿Por qué vuelven a subir los precios?
La demanda mundial de petróleo se ha recuperado hasta los niveles anteriores a la pandemia, en torno a los 99 millones de bpd, pero la oferta es inferior en al menos un millón de bpd, según la Agencia Internacional de la Energía.
Los economistas afirman que la combinación de una fuerte demanda, la debilidad de la inversión y la falta de capacidad excedentaria ha provocado la subida de los precios.
“La OPEP+ se mantiene firme en añadir 400.000 bpd al mercado cada mes, pero nuestros datos sugieren que las adiciones mensuales se acercan a los 250.000 bpd”, dijo Mike Tran, estratega de materias primas de RBC Capital Markets, en una nota a los clientes.
La OPEP+, han estado incumpliendo sistemáticamente los objetivos de aumento de la oferta acercándose a 250.000 bpd en lugar de añadir 400.000 cada mes.
La producción de Estados Unidos tuvo un promedio de aproximadamente 11,3 millones de bpd en la segunda mitad de 2021, en comparación con un pico de alrededor de 13 millones de bpd a finales de 2019.
¿Podrá Biden presionar a la OPEP?
Biden se sumó el año pasado a sus predecesores que en algún momento presionaron a la OPEP para que aumentara la producción, con éxito variable.
La causa del poco éxito de las presiones sobre el grupo productor radica en que el aumento de la producción de la OPEP+ se está viendo atenuado, ya que muchos países, sobre todo Angola y Nigeria, tienen dificultades para realizar los aumentos de producción permitidos debido a la limitación de las inversiones y las interrupciones operativas.
Como resultado de las dificultades de algunos países de la OPEP, el aumento real en febrero probablemente no alcanzará los 400.000 barriles diarios oficiales.
El presidente anunció en noviembre varias medidas para intentar bajar los precios de los combustibles. La Casa Blanca, junto con Japón, Corea del Sur e India, anunció una liberación de barriles de sus reservas estratégicas.
Biden también había dicho que China participaría, pero el país, el mayor importador de crudo del mundo, dijo que vendería de sus reservas según su propio calendario.
El grupo recortó el suministro en una cifra récord de 9,7 millones de bpd a principios de 2020, cuando estalló la pandemia. Ha ido restableciendo lentamente la producción, pero actualmente la OPEP+ sigue reteniendo más de 3 millones de bpd de suministro.
¿Cuáles son las otras opciones?
Biden podría aumentar las ventas de la Reserva Estratégica de Petróleo de Estados Unidos (SPR). Sin embargo, ese suministro es limitado y palidece en comparación con el tamaño del mercado mundial.
El anuncio de Biden en noviembre fue la liberación de 50 millones de barriles en ventas y préstamos, aproximadamente la mitad del consumo mundial de un día.
Los inventarios de crudo de la SPR han caído a 593 millones de barriles, su nivel más bajo desde noviembre de 2002.
El presidente también podría considerar la posibilidad de suspender el impuesto federal sobre la gasolina; el impuesto federal sobre la gasolina es de 18,4 centavos por galón.
En 2008, los legisladores propusieron esta idea en respuesta a un aumento de los precios que llevó el costo de la gasolina a más de 4 dólares por galón, pero como las refinerías no pueden producir rápidamente más gasolina, esta medida probablemente sólo impulsaría la demanda, lo que en última instancia haría subir los precios, según los economistas.
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