El nuevo y agresivo plan de Japón para defender las energías limpias está sacudiendo el mercado del gas natural licuado, del que fue pionero hace 60 años.
El país, primer importador de GNL del mundo, ha pedido que más energías renovables, como la eólica y la solar, sustituyan al gas natural en un plan revisado publicado la semana pasada.
El nuevo plan pretende que la generación de electricidad a partir de GNL se reduzca aproximadamente a la mitad en esta década, lo que supondrá un trastorno para las empresas de servicios públicos japonesas, así como para los proveedores de Qatar, Australia y Estados Unidos.
Con las directrices más estrictas, las importaciones japonesas se reducirán en un tercio a finales de la década, según comerciantes y analistas. Obligará a las empresas de servicios públicos nacionales a abandonar los acuerdos de GNL a largo plazo, que han sido la columna vertebral de las importaciones del país, y aumentará la dependencia del más turbulento mercado al contado.
La política fue una sorpresa para los proveedores de todo el mundo. El gas natural -que en su día se consideraba el puente hacia un futuro ecológico- ha ido cayendo en desgracia con algunos gobiernos a medida que impulsan los esfuerzos para frenar el cambio climático y el coste de las energías renovables cae drásticamente. Hasta hace poco, Japón promocionaba este combustible extremadamente frío como una alternativa más limpia al carbón.
Noticia tomada de: Bloomberg / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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