El peso chileno se encuentra en un momento crucial, navegando entre vientos globales de incertidumbre y señales internas de resiliencia económica. Tras un período de volatilidad, la moneda ha mostrado una ligera apreciación adicional frente al dólar, impulsada por datos económicos locales sólidos.
Sin embargo, las crecientes tensiones comerciales internacionales, especialmente la incertidumbre sobre la política comercial de Estados Unidos y sus posibles aranceles a México y Canadá, plantean desafíos significativos para el panorama financiero global, afectando particularmente a las divisas de mercados emergentes como el peso chileno.
En el frente interno, los indicadores económicos recientes ofrecen motivos para un optimismo cauto. El Índice de Actividad del Comercio (IACM) de diciembre, aunque por debajo de las expectativas, creció un 5.8% interanual, evidenciando un repunte en el consumo privado, especialmente en sectores como la ropa, la electrónica y los bienes de consumo. Este dato sugiere una demanda interna relativamente robusta, un factor clave para el crecimiento económico del país.
Aún más significativo es el sólido desempeño del sector industrial, puesto que el Índice de Producción Industrial (IPI) registró un aumento del 8.8% en diciembre, impulsado por el dinamismo del sector minero, cuyo crecimiento alcanzó el 11.5%. La producción de cobre, un pilar fundamental de la economía chilena experimentó un alza del 14.3%, factor que tiende a apoyar a las exportaciones y, por consiguiente, a la recaudación fiscal. Este crecimiento industrial diversificado, que también incluye avances en la manufactura y la generación de energía, refuerza la posición de Chile como un importante actor en el mercado global de materias primas.
La mejoría en el mercado laboral es otro factor positivo que contribuye a la estabilidad del peso chileno. La tasa de desempleo de diciembre se redujo al 8.1%, y la tasa trimestral disminuyó a 8.8%, lo que representa una caída de 0.6 puntos porcentuales interanual. La reducción de la informalidad laboral sugiere un fortalecimiento del empleo formal, lo que a su vez impulsa el consumo y la confianza de los inversores.
A pesar de estos datos internos positivos, la incertidumbre global sigue siendo un factor de peso. Las tensiones comerciales con Estados Unidos, la principal economía del mundo, podrían generar volatilidad en los mercados financieros y afectar negativamente a las divisas de mercados emergentes. Los inversores se mantienen cautelosos ante la posibilidad de nuevas medidas arancelarias y su impacto en el comercio global.
En este contexto, la perspectiva para el peso chileno sigue en cierto grado siendo incierta. Si bien los datos económicos internos sólidos y la mejoría en el mercado laboral sugieren una economía resiliente, las tensiones comerciales internacionales plantean desafíos significativos.
Análisis cortesía de Quasar Elizundia, Estratega de Investigación de Mercados en Pepperstone.