Las Big Oil han evitado reducir los dividendos durante años para mantener satisfechos a los inversionistas, han añadido decenas de billones de dólares en deuda para mantener el gasto de capital, al tiempo que devuelven miles de millones a los accionistas.
Estas gigantes han sido durante décadas una máquina de producir dinero, sin embargo, ahora dependen cada vez más del endeudamiento para sus operaciones, lo que aumenta la presión sobre los dividendos.
La magnitud de la caída de la demanda mundial de petróleo es equivalente a 30 millones de bpd o un tercio del consumo mundial.
El modelo integrado de las Big Oil ha incorporado operaciones de exploración, producción, refinación, transporte y comercio en todo el mundo. Con ello han logrado presencia en toda la cadena de valor del petróleo y el gas.
Ni siquiera bajo este modelo integrado, alguna de las Big Oil ha salido ilesa a precios tan bajos del petróleo, combinado con recortes de la producción, el colapso de los márgenes de refinación y millones de barriles de crudo que no pudieron ser vendidos.
Los importantes dividendos
Para BP, los analistas de bancos como Goldman Sachs Group Inc. y Citigroup Inc. esperan un recorte en el pago de dividendo entre el 30% y el 65%, un movimiento histórico para una compañía que ha sido durante décadas un pagador de dividendos fundamental en el Financial Times Stock Exchange 100 Index (FTSE 100) del Reino Unido.
BP Plc puede reducir su pago de dividendos por primera vez en una década, desde el desastre de Deepwater Horizon.
La compañía reduciría así la cantidad de deuda necesaria y liberaría efectivo para la estrategia del CEO Bernard Looney para eliminar casi todas las emisiones de carbono de las operaciones de la compañía y el combustible que vende a los clientes.
A la situación no se escapa Equinor ASA y Royal Dutch Shell Plc, que a principio de año recortaron sus pagos de dividendo por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, no se espera que Exxon Mobil Corp., Chevron Corp. y Total SA sigan este camino. Aunque los analistas de Goldman Sachs consideran que un corte en los dividendos de Exxon podría permitir una empresa financieramente más saludable.
Figura 1. Las mayores pérdidas record para las Big Oil
Deuda en aumento
Las siete principales firmas energéticas del mundo, BP, Shell, ExxonMobil, Chevron, Equinor, Total y Eni, recaudaron más de US$ 60,000 millones en deuda en el segundo trimestre de 2020, casi la mitad de los US$ 132,000 millones en préstamos de todo el sector petróleo y gas durante el período, según datos de Refinitiv.
Esto le otorga a las empresas un saldo en efectivo de US$ 194 mil millones dentro de un intenso período de pérdidas, con pagos de deuda programados este año y en 2021.
Estos préstamos solo aumentará los ratios de deuda neta a capital, que es una medida clave del endeudamiento.
Las mayores compañías de Europa seguirán estando más endeudadas que sus pares de Estados Unidos, pero los recortes de dividendos pueden traer cierto alivio.
A pesar de tener una deuda baja al inicio de esta crisis, el endeudamiento de ExxonMobil está aumentando rápidamente y con el tiempo se convertirá en un motivo de preocupación, según Morgan Stanley y Goldman Sachs.
De acuerdo con Goldman Sachs, la deuda neta de Exxon subió en US$ 8,800 millones en el segundo trimestre y aumentará a US$ 78,000 millones a finales de 2022.
El acuerdo de Chevron para adquirir Noble Energy Inc. esta semana contempla la incorporación de alrededor de US$ 8 mil millones de préstamos adicionales. Eso todavía deja a la compañía bien posicionada para pagar su dividendo, dijo el CEO Mike Wirth.
Figura 2. Deuda y porcentaje de apalancamiento de las mayores petroleras
Refinación
El proceso de refinado es visto como un negocio que funciona en parte como cobertura (hedge) en el modelo integrado Big Oil. En el cual, cuando los precios del crudo están bajos, la refinación a menudo no se ve afectada debido a los costos más bajos de las materias primas.
Sin embargo, bajo el escenario de la actual pandemia y los bloqueos asociados, no solo la compra de petróleo se ha visto afectada, los combustibles también han visto una disminución sin precedentes y en general todas las partes del negocio petrolero se han visto afectado.
Una simple medida del beneficio de refinación, conocido como un spread 3-2-1, asume que tres barriles de crudo hacen dos de gasolina y uno de combustibles similares a diésel, se ha desplomado a su nivel más bajo desde el año 2010.
Las refinerías también han estado funcionando a niveles reducidos y cambiando su mezcla de productos debido a un adverso mercado de combustible para aviones en comparación con el de la gasolina.
ExxonMobil, que tiene operaciones masivas de refinación y será el más afectado por esta tendencia. Chevron también puede sufrir enormes retos en sus operaciones en la costa oeste de EE.UU.
Las ganancias
Los resultados financieros en el segundo trimestre de 2020 reflejarán un desempeño turbulento en el que el crudo Brent promedió alrededor de US$ 33 el barril, que es menos de la mitad del nivel del año 2019, y que ha tenido un diferencial entre los puntos altos y bajos de unos US$ 20. Estos altibajos colocan más incertidumbre en la mezcla para el comercio y los derivados.
Las proyecciones por parte de los analistas del sector para el 2T-2020 parecen ser los más difíciles, tal como lo expresó Jason Gammel, analista de Jefferies Financial Group Inc., “Nuestro equipo ha pronosticado ganancias por 72 trimestres y el 2T-2020 parece el más difícil de ellos”.
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