El gas natural ha sido considerado como un combustible de transición a las energías renovables, se le ha mencionado como un combustible “puente”. Sin embargo, la importancia del gas natural va mucho más allá y puede constituirse como el reemplazo del carbón en la generación eléctrica.
Si bien la generación de energía a gas y su cadena de valor de producción emiten gases de efecto invernadero, el gas natural se quema más limpio que otros combustibles fósiles, sobre todo el carbón.
El gas natural tiene un papel importante que desempeñar para ayudar a las redes eléctricas con una carga base flexible y confiable que sea capaz de satisfacer las demanda pico, asegurar las redes y garantizar que sean capaces de albergar una parte creciente de la generación de energía renovable, principalmente a partir de la energía solar y eólica.
Todos los escenarios apuntan a que las energías renovables crecerán al ritmo más rápido en las próximas décadas. Sin embargo, para que las redes puedan soportar el aumento repentino de las fuentes de energía renovables, deben ser flexibles y resilientes para proporcionar energía incluso cuando el sol no brilla o el viento no sopla.
Con el carbón en camino a un irreversible declive en economías desarrolladas como Estados Unidos y Europa, el gas natural puede constituirse en la gran alternativa de reemplazo que garantice que las redes puedan manejar cuotas crecientes de energía renovable, al menos hasta que los avances en el almacenamiento de energía permitan ir reduciendo la necesidad de una generación de energía estable con combustibles fósiles bajo un esquema de 24×7 y que también podría satisfacer los picos de demanda.
Hasta que las energías renovables puedan generar el 100% de la electricidad, si alguna vez esto es posible, y hasta que se encuentren soluciones de almacenamiento de energía rentables, confiables y a gran escala en todas partes del mundo, se seguirá necesitando gas natural como parte integral de la matriz energética.
El gas como natural reemplazo del carbón
Según estimaciones de la Administración de Información de Energía (EIA), entre 2011 y 2019, hasta 103 plantas de energía de carbón se convirtieron a gas natural o se reemplazaron por plantas de gas natural en los Estados Unidos.
Debido a la rápida sustitución del carbón por gas natural, las emisiones de CO2 relacionadas con la energía de EE.UU. experimentaron una disminución del 2.9%, la mayor disminución entre todos los países en 2019, según la Agencia Internacional de Energía (AIE).
El año pasado, el gas natural representó el 38.4% de la generación de electricidad a escala de servicios públicos de EE.UU., seguido del carbón con el 23.5%, la nuclear con el 19.7% y las renovables, incluida la energía hidroeléctrica, con el 17.5%.
Hasta 2050, se prevé que el gas natural mantenga su participación en alrededor del 36%, según el caso de referencia de la Perspectiva energética anual de la EIA que cubre las previsiones hasta 2050.
Sin embargo, durante los próximos 30 años el carbón perderá más de 10% de participación de mercado y una caída al 13% de la generación de energía, mientras que las energías renovables aumentarán al 38% y superarán al gas natural en la matriz energética.
En China e India, las economías en desarrollo más grandes y con mayor demanda de energía, la proporción de carbón disminuirá hasta 2050 en los tres escenarios propuestos por BP en el Energy Outlook 2020. Las energías renovables, y en menor medida el gas, serán las fuentes de energía clave para el crecimiento.
El gas natural no es de ninguna manera un combustible limpio, pero lo es más que el carbón y podría apoyar una mayor transición global hacia las energías renovables.
Una situación notable
Recientemente en California, el estado norteamericano que tiene un ambicioso programa para reducir drásticamente las emisiones y aumentar la proporción de energías renovables en su generación de energía, se convirtió este verano en referencia obligada debido a que tuvo que depender de una parte de la generación eléctrica a partir del gas natural porque no había suficiente energía para satisfacer la alta demanda durante la ola de calor.
En agosto, se advirtió a los consumidores de energía de California sobre cortes continuos.
Lo relevante de la situación anterior es que, a principios de septiembre, la Junta Estatal de Control de Recursos Hídricos extendió a 3 años las fechas de desincorporación de cuatro plantas de gas natural, diciendo que “las plantas son necesarias para proporcionar más estabilidad y confiabilidad a la red de energía, mientras la energía adicional y los recursos de almacenamiento se desarrollan durante los próximos tres años”.
En otras palabras, los consumidores quieren un suministro eléctrico confiable y el gas natural puede servir de enorme apoyo e incluso contribuir a reducir las emisiones si continúa reemplazando la generación basada en carbón.
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