El progreso de Latinoamérica en la lucha contra el cambio climático es sobresaliente y muestra que las estrategias aplicadas han sido las correctas, debido a que la región se ha estado posicionando como un nuevo líder en energías limpias.
Los términos del Acuerdo de París son amplios y ambiciosos, basados en responsabilidades comunes, pero que al aplicarlas han mostrado diferencias entre los países. Aunque todos deban colaborar para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), sus contribuciones serán distintas y tendrán en consideración los estándares históricos y actuales de emisiones de cada país, todo por un bien común: combatir el cambio climático.
Latinoamérica hacia la consolidación en energías limpias
Global Climatescope es, quizás, el informe interactivo más completo que evalúa la situación política, finanzas y proyecciones de crecimiento de la demanda eléctrica por país. En su última edición Bloomberg New Energy Finance, ofrece un esquema comparativo de posibilidades de inversión en distintos mercados emergentes.
De aquel informe, Energía Estratégica Latam, seleccionó varios países latinoamericanos con mejores condiciones de inversión para energía renovable; aquí nombraremos los tres primeros:
Chile
Este país de Latinoamérica cuenta con un marco legal que ha ido eliminando paulatinamente las barreras que existían hace algunos años y que, en la práctica, impedían la participación de las Energías Renovables No Convencionales, ERNC, en el mercado eléctrico, principalmente por imponerles un riesgo muy alto en relación a sus contrapartes convencionales.
Actualmente, las energías no convencionales han cobrado importancia dentro del mercado energético del país. Según recientes declaraciones de la Asociación Chilena de Energías Renovables (ACERA), el año pasado la generación de energías renovables no convencionales (ERNC) en Chile marcó un récord, alcanzando en tan sólo tres meses más del 30 % del Sistema Eléctrico.
Hoy en día, el consumo de energía va en aumento y si bien, según recientes estimaciones del Coordinador Eléctrico Nacional (CEN) las centrales a carbón seguirán liderando la producción eléctrica en la matriz con un 40,4 % de participación dentro de los próximos años, “esto tiene que cambiar, el esfuerzo tiene que ir en la línea de aumentar el uso de energías que provengan de fuentes renovables. Afortunadamente Chile va por el camino correcto aun cuando hay mucho por hacer”, afirma Horacio Melo, Gerente General de Solarity.
Tiene el mercado eléctrico más grande de Latinoamérica, con una capacidad instalada total de 157GW en 2017. El tamaño del país, los abundantes recursos y las políticas propicias han convertido a Brasil en el principal mercado de energía renovable de la región y uno de los 10 mejores del mundo que han aunado esfuerzos en la guerra contra el cambio climático.
Las fuentes renovables alternativas con mayor empuje han sido las energías de fuente eólica y solar. El gobierno de Brasil diseñó un programa de fomento de dichas energías liderado por el Ministerio de Minas y Energía y apoyado en diferentes organismos públicos, principalmente ANEEL (Agencial Nacional de Energía Eléctrica) y BNDES (Banco Nacional de Desarrollo).
La política de desarrollo de energías renovables alternativas tiene como principales pilares, las subastas de energía en las que se reservan cupos por tipo de tecnología y los Programas de financiación de las inversiones mediante créditos a tasas muy competitivas, siempre que los emprendimientos cumplan con las llamadas “Reglas de Contenido Local”.
México
Este país se encuentra frente a una buena oportunidad: la inversión en energía renovable. La reducción de precios causados por los avances tecnológicos abre una ventana para el desarrollo de proyectos de energía eléctrica limpia en el país. ¿Cómo se puede aprovechar esta oportunidad?
Actualmente, el costo real de la electricidad no se ve reflejado en el precio por el subsidio que el gobierno aplica a las tarifas, principalmente la correspondiente a bombeo para riego agrícola y la residencial, con excepción de la Tarifa Doméstica de Alto Consumo (DAC).
De acuerdo con cifras oficiales, entre 2004 y 2014, este subsidio eléctrico ascendió a poco más de 1 billón 350 mil millones de pesos a valor presente, aplicando la tasa del 10 % anual, denominada “tasa social de descuento”. ¿Qué pasaría si el gobierno usara el dinero con el que subsidia los recibos de luz para instalar paneles solares en hogares?
México cuenta con un enorme potencial para producir energía solar domiciliaria, dado que en el 70 % de su territorio es viable instalar paneles solares. Esta instalación sería posible por medio del rediseño de la política del subsidio al consumo de electricidad, lo que permitiría adquirir energía a un menor precio y reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
Obstáculos que se presentan hacia la transición
El impedimento principal que debe superar Latinoamérica para una transición energética confiable es económico, debido a que las centrales eléctricas requieren una inversión multimillonaria y un ciclo de vida de décadas. Por lo tanto, la combinación de energía para 2030-2040 se verá muy afectada por las decisiones tomadas ahora.
Definitivamente, uno de los principales retos es la falta de una política energética regional. Cada país las tiene, sustentadas en sus propios intereses y en muchos casos, estas se ven afectadas por el gobierno de turno. Por ejemplo, en México, durante el mando de Enrique Peña Nieto se fomentó el desarrollo de este tipo de energías, pero bajo el mandato de Andrés Manuel López Obrador, la explotación de hidrocarburos fue la prioridad, pese a que muchos expertos señalaron que el país azteca no cuenta con muchas reservas de estos.
Especialistas aseguran que si la región se uniera bajo una misma política energética podría fácilmente alcanzar su independencia en este campo, debido a los grandes recursos con los que cuenta: vientos, sol, agua, entre otros. Los expertos coinciden en el poder que representan las energías renovables e indican que a medida que los países inviertan en ellas, las relaciones históricas de dependencia podrían cambiar.
¿Habrá consecuencias para quienes no inviertan en el desarrollo de energías renovables?
Todo dependerá de cada caso. En el argumento de los efectos del cambio climático, por ejemplo, los países insulares podrían enfrentar graves consecuencias en momentos de desastre. No invertir en soluciones renovables podría representar que comunidades aisladas sigan sin acceso a la energía.
Los hidrocarburos son cada vez más escasos y los países de Latinoamérica que se abstengan de invertir en fuentes renovables serán frágiles en el panorama internacional, donde se impondrán los intereses de los Estados que controlen las nuevas fuentes energéticas.
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