Un aumento masivo en el despliegue de energía eólica, solar y de almacenamiento de energía en baterías durante la próxima década es esencial si el mundo quiere cumplir su objetivo de alcanzar las cero emisiones netas en 2050.
BloombergNEF (BNEF) afirma en su último New Energy Outlook que más de tres cuartas partes del esfuerzo para reducir las emisiones en los próximos nueve años recae en el sector eléctrico, y en el despliegue más rápido de la energía eólica y solar fotovoltaica en particular.
Las cifras son alucinantes. El despliegue de la energía eólica debe quintuplicar el total de 2020 y superar los 500 gigavatios anuales hasta 2030; la energía solar fotovoltaica debe triplicarse y alcanzar los 455 GW anuales, mientras que el almacenamiento en baterías debe multiplicarse por 26 y alcanzar los 245 GWh anuales.
También se necesitan otras tecnologías. Los vehículos eléctricos deben multiplicarse por 11 hasta alcanzar los 35 millones de vehículos al año, los combustibles sostenibles para la aviación deben constituir el 18% del combustible para aviones en 2030, el reciclaje de aluminio y plásticos debe duplicarse y se necesitarán 18 millones de bombas de calor al año.
Y, por supuesto, la generación de combustibles fósiles debe reducirse drásticamente. La energía procedente del carbón debe reducirse en un 72% de aquí a 2030, lo que requerirá la retirada de 1417 GW de generadores de carbón de aquí a 2030.
El BNEF no proporcionó cálculos detallados de los costes de los escenarios, aparte de señalar que el coste total de la transición energética oscilará entre 92 y 173 billones de dólares.
Noticia tomada de: IEEFA / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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