La nueva política china de control de las exportaciones ha perturbado los mercados mundiales de tierras raras. Esta política ha provocado un aumento de los costos mundiales de producción de baterías, lo que podría afectar a la industria del vehículo eléctrico en un momento crucial de la transición energética.
China lleva años haciéndose con el dominio casi absoluto de una larga lista de minerales de tierras raras que desempeñan un papel vital y creciente en las cadenas de suministro de energías limpias.
La nación ha ido acumulando su propia riqueza nacional de estas materias primas clave al tiempo que ampliaba sus adquisiciones e influencia en países en desarrollo ricos en recursos de Asia, África y América Latina.
Ahora, China está limitando las exportaciones de grafito, un material clave en las baterías de los vehículos eléctricos, así como en otras aplicaciones de la industria energética, en una medida que tendrá repercusiones en el sector mundial de las energías limpias.
El interés de China por aumentar su seguridad energética para satisfacer su casi insaciable demanda de nuevas fuentes de energía y electricidad le ha dado una enorme ventaja en el sector de las energías limpias a escala mundial, ya que Occidente no ha podido seguir el ritmo de las vertiginosas tendencias inversoras de Beijing.
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China alberga el 34% de las tierras raras del mundo
China lleva años gastando y negociando más que cualquier otro país del planeta. Según las cifras de un análisis de BloombergNEF realizado a principios de este año, China fue la única responsable de casi la mitad del gasto mundial en el sector de las energías renovables el año pasado, con la cifra de 546.000 millones de dólares.
Esto es casi cuatro veces lo que gastó Estados Unidos (141.000 millones de dólares) y 2,5 veces lo que gastó la Unión Europea (180.000 millones de dólares).
Los mercados de minerales de tierras raras desempeñan un papel clave en este gasto. China alberga el 34% de las tierras raras del mundo, con 44 millones de toneladas de óxido de tierras raras (ROE) equivalente en reservas, realizó el 70% de la minería mundial de tierras raras en 2022 y representa al menos el 85% de la capacidad mundial para procesar minerales de tierras raras en materiales de fabricación.
Debido a este rol clave, los mercados mundiales se han vuelto peligrosamente dependientes de las cadenas de suministro chinas para cumplir sus propios objetivos energéticos y climáticos.
No se trata sólo de un problema de China, sino también de Estados Unidos. Como informó recientemente Foreign Policy, “Estados Unidos dejó caer el testigo en la carrera de las tierras raras”. Y ahora que intentan ponerse al día tras años de escasa inversión, luchan por acortar distancias.
Sin embargo, el mercado está cambiando ligeramente debido a una combinación de mayor competencia, sobre todo procedente de Washington, así como a un cambio de estrategia por parte de Beijing.
Lo clave que son las exportaciones chinas de tierras raras para EEUU
Aunque China comunicó una cantidad descomunal de exportaciones de tierras raras el año pasado (48.728 toneladas en 2022), esto supuso un descenso del 0,4% respecto al año anterior.
Además, aunque Estados Unidos sigue dependiendo de China para la mayor parte de sus importaciones de tierras raras, esa dependencia también está disminuyendo ligeramente, del 80% durante el período de 2014 a 2017 al 74% entre 2018 y 2021.
Esta tendencia se ha fortalecido, China está restringiendo severamente las importaciones de grafito, según una declaración publicada por el Ministerio de Comercio (MOC) y la Administración General de Aduanas de China el 20 de octubre.
La declaración traducida decía que estaba “optimizando y ajustando las medidas temporales de control de las exportaciones de artículos de grafito” para “salvaguardar la seguridad y los intereses nacionales”.
En lo inmediato, esto significa que los precios del grafito subirán, causando problemas a los fabricantes de baterías para vehículos eléctricos en un momento crítico de la transición mundial hacia la descarbonización.
“Un freno en el suministro del material procedente de un proveedor importante que es China aumentará su precio y, por tanto, el coste de producción de las baterías, sobre todo para los productores no chinos”, declaró recientemente Carole Nakhle, directora general de la consultora Crystol Energy.
“Sin embargo, es esa misma señal de precios y la preocupación de los clientes por la seguridad del suministro lo que también fomentará el desarrollo de suministros alternativos, que se necesitan desesperadamente para apoyar la seguridad del suministro para la transición energética”, añadió.
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China lucha por mantener el ritmo de su creciente demanda de energía, y sus propios intereses de seguridad energética pueden seguir obstaculizando las exportaciones de tierras raras del país. Sin embargo, esto podría ser muy favorable.
Aunque las crisis de precios podrían causar problemas importantes a corto plazo, ya que el despliegue masivo y sin precedentes de infraestructuras de energía limpia y vehículos eléctricos es necesario y urgente para cumplir los objetivos climáticos mundiales, las implicaciones a largo plazo de la diversificación de las cadenas mundiales de suministro de energía limpia son extremadamente positivas.
Una mayor diversidad implica una mayor resistencia y sostenibilidad de la economía mundial y refuerza la seguridad energética mundial al corregir lo que actualmente es un mercado extremadamente -y peligrosamente- asimétrico.
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