El Banco Mundial ha aprobado un préstamo de 1.000 millones de dólares para Sudáfrica con el fin de apoyar las reformas del mercado de la electricidad y avanzar en su transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono.
El préstamo para políticas de desarrollo contribuirá a facilitar la separación de la empresa estatal Eskom, lo que reestructurará el sector eléctrico y lo abrirá a la competencia. Liberará recursos financieros de Eskom, que podrán reorientarse a la inversión en la red de transmisión y al mantenimiento de las centrales eléctricas de carbón existentes.
Se calcula que Sudáfrica necesita 53 GW de nueva capacidad de generación adicional, sobre todo a partir de fuentes de energía renovables, hasta 2032.
Para ello se necesitarán unos 14.200 km de líneas de muy alta tensión y 170 transformadores de aquí a 2032. Esto requerirá 2.890 km de líneas de alta tensión y 60 transformadores, con un coste de inversión de 72.200 millones de rands hasta 2027.
El préstamo del Banco Mundial contribuirá a una transición con bajas emisiones de carbono fomentando la inversión privada en energías renovables, incluida la de los hogares y las pequeñas empresas, y reforzando los instrumentos de tarificación del carbono.
Se espera que la iniciativa fomente nuevas inversiones en generación de energías renovables, impulsando así la actividad económica y creando empleo. Los hogares pobres y vulnerables se verán amortiguados frente a las recientes subidas de las tarifas eléctricas, según el Banco Mundial.
Los hogares y las empresas más pobres -en particular las mujeres y las empresas propiedad de mujeres negras- recibirán apoyo mediante el acceso a préstamos comerciales que les permitan invertir en tecnología solar, añadió.
El gobierno sudafricano también recibirá asistencia técnica para identificar las futuras reformas necesarias para gestionar los costes sociales asociados al desmantelamiento de la energía de carbón.
Una menor dependencia de la generación de electricidad a partir del carbón reducirá gradualmente la contaminación, lo que mejorará sustancialmente la calidad de vida de los hogares sudafricanos, afirmó el banco.
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La iniciativa es fruto de la colaboración entre el gobierno sudafricano, el Banco Mundial y tres socios, el Banco Africano de Desarrollo (BAfD), el Banco de Desarrollo KfW (KfW) y el Gobierno de Canadá. Se basó en las prioridades de desarrollo de Sudáfrica, incluido el plan de acción energético de la presidencia y el plan de inversión para una transición energética justa.
La actual crisis energética de Sudáfrica ha tenido un marcado impacto negativo en la productividad y la seguridad.
En 2022, los cortes de electricidad, conocidos como “load shedding”, alcanzaron una media de ocho horas diarias y restaron entre 2 y 3 puntos porcentuales al crecimiento del PIB.
Sudáfrica se encuentra entre los 20 mayores emisores de gases de efecto invernadero (GEI) del mundo. El sector energético representa el 81% de las emisiones del país, de las cuales el 45% proceden de la electricidad.
Noticia tomada de: Argus Media / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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