La extensa zona en el extremo noroeste de Arabia Saudita, con brisas constantes del Mar Rojo, la convierte en un lugar privilegiado para lo que el reino espera que se convierta en un centro global para el hidrógeno verde.
El mayor exportador de crudo del mundo no quiere ceder el floreciente negocio del hidrógeno a China, Europa o Australia y perder una fuente de ingresos potencialmente masiva.
En consecuencia, está construyendo una planta de US$ 5 mil millones impulsada completamente por el sol y el viento que estará entre los mayores productores de hidrógeno verde del mundo cuando se inaugure en la megaciudad planificada de Neom en 2025.
La tarea de convertir una zona desértica del tamaño de Bélgica en una metrópolis impulsada por energía renovable recae en Peter Terium, ex director ejecutivo de RWE AG, la empresa de servicios públicos más grande de Alemania y la empresa derivada de energía limpia Innogy SE.
“No hay nada que haya visto o escuchado sobre esta dimensión o desafío”, dijo Terium. “He pasado los últimos dos años pensando ‘desde cero’ y ahora estamos en modo de ejecución”.
El hidrógeno se está transformando de una fuente de energía de nicho, utilizada en zepelines, cohetes y armas nucleares, en un gran negocio, y la Unión Europea está comprometiendo US$ 500 mil millones para ampliar su infraestructura.
Quedan enormes obstáculos para que el hidrógeno se convierta en una parte importante de la transición energética, y los escépticos apuntan al débil historial de Arabia Saudita para capitalizar lo que debería ser una ventaja competitiva en el negocio de las energías renovables, especialmente la solar, donde hay muchos planes, pero pocos proyectos operativos.
La carrera por una participación del mercado
El Reino Unido está albergando 10 proyectos para calentar edificios con gas, China está desplegando autobuses de celda de combustible y vehículos comerciales, y Japón planea usar el gas en la fabricación de acero.
El enviado presidencial de Estados Unidos para el clima, John Kerry, instó a la industria nacional del petróleo y el gas a aprovechar las “enormes oportunidades” del hidrógeno.
Los países están luchando por posicionarse en un futuro mercado global, y los expertos en hidrógeno señalan al reino saudita como uno a seguir.
Eso debería significar muchos clientes potenciales para la planta llamada Helios Green Fuels. Arabia Saudita tiene como objetivo convertirse en el mayor proveedor mundial de hidrógeno, un mercado que BloombergNEF estima que podría tener un valor de hasta US$ 700.000 millones para 2050.
Se están elaborando planos y se están anunciando estrategias, pero aún es temprano para la industria. El hidrógeno es caro de producir sin expulsar gases de efecto invernadero, es difícil de almacenar y altamente combustible.
Competir en costos
Arabia Saudita posee una ventaja competitiva en su perpetuo sol y viento, y vastas extensiones de tierra no utilizada. Los costos del proyecto Helios Green Fuels probablemente estarán entre los más bajos a nivel mundial y podrían llegar a US$ 1,50 por kilogramo para 2030, según BNEF.
El costo de US$ 1,50 es más barato que alguno del hidrógeno elaborado a partir de fuentes no renovables en la actualidad.
El hidrógeno verde se produce utilizando energía renovable en lugar de combustibles fósiles. El costo actual de producir un kilogramo es un poco menos de US$ 5, según la Agencia Internacional de Energía Renovable.
Es más caro producir energía renovable en Europa, y la demanda anticipada del continente al implementar el “Acuerdo Verde” debería exceder su propia oferta, dijo Terium. Ese paquete de estímulo de más de un billón de dólares intentará que el continente sea neutral en carbono.
Figura 1. Competir en costos, proyección a 2030 del hidrógeno verde (US$/Kg)
“De ninguna manera podrán producir todo el hidrógeno ellos mismos”, expresó Terium. “Simplemente no hay suficiente mar del Norte o agua utilizable para la energía eólica marina”.
La planta de hidrógeno es parte del proyecto Neom, que el príncipe heredero Mohammed bin Salman, visualiza como un ejemplo de cero emisiones de CO2 que ayudará a transformar la sociedad y la economía.
Sin embargo, el costo estimado de desarrollo de Neom, calculado en US$ 500 mil millones, genera preguntas y plantea un desafío sobre si se llevará a cabo exactamente como se planeó, el esfuerzo del hidrógeno no depende del éxito general de la megaciudad.
Otros desafíos
El país produce una octava parte del suministro de petróleo del mundo, pero su capacidad operativa de energías renovables es pequeña para los estándares regionales y está comenzando desde cero con hidrógeno verde.
El gobierno se está asociando con Acwa Power, un desarrollador de energía con sede en Riad, Arabia Saudita en parte propiedad del fondo soberano del reino, y Air Products and Chemicals Inc., una compañía de US$ 58 mil millones con sede en Allentown, Pensilvania, para construir la planta de hidrógeno verde.
El trío está dividiendo los costos de Helios, que utilizará 4 gigavatios de energía solar y eólica.
Para empezar, Helios producirá 650 toneladas de hidrógeno por día por electrólisis, suficiente para convertir a 1,2 millones de toneladas por año de amoníaco verde. Air Products comprará todo ese amoníaco, que es más fácil de enviar que el hidrógeno líquido o gaseoso, y lo volverá a convertir en el momento de la entrega a los clientes.
Se producirá suficiente hidrógeno verde para mantener unos 20.000 autobuses urbanos. Hay alrededor de 3 millones de autobuses operando en todo el mundo, y Air Products quiere ser un pilar en los depósitos que cambian al hidrógeno, dijo Simon Moore, vicepresidente de relaciones con inversionistas.
El hidrógeno costará más que las alternativas contaminantes al principio, pero suficientes gobiernos y empresas enfrentan estrictos objetivos de carbono que necesitan el gas para cumplirlos, dijo Moore.
Trece naciones cuentan con estrategias de hidrógeno y otras 11 están preparando las suyas, según BNEF.
Alemania dijo que necesita volúmenes “enormes” de hidrógeno verde y espera que Arabia Saudita sea un proveedor.
Al mismo tiempo, el gobierno de Arabia Saudita está tratando de impulsar su propio escaso uso de energía renovable. Actualmente, operan menos de 700 megavatios en todo el país, menos del 2% de la capacidad instalada de España.
La nación planea satisfacer la mitad de sus necesidades de energía a partir de energías renovables para 2030 y tiene varios proyectos en construcción o por comenzar.
El impacto de la transición a combustible limpios
Las exportaciones de crudo de los petro-estados se verán seriamente afectadas y en consecuencia sus ingresos. Estas naciones pueden perder hasta US$ 13 mil millones para 2040 debido a los objetivos del cambio climático, y Arabia Saudita se encuentra entre los que se espera que sean los más afectados.
La planta de hidrógeno producirá 15.000 barriles de petróleo equivalente por día como máximo, una pequeña cifra comparada con los 9 millones de barriles de crudo que el reino bombea diariamente.
Aun así, encontrar una manera de acaparar parte del mercado de combustibles limpios representa un salvavidas económico necesario.
Te puede interesar:
- Las 5 principales acciones de energía alternativa que cotizan en Wall Street
- Halliburton reporta mejores ganancias ante importante aumento de ingresos en Norteamérica
- Tres acciones de energía que están preparadas para ganar a lo grande en 2021
- Las 10 predicciones del 2021 para el sector de la energía