El Departamento de Energía de Estados Unidos (DOE) ha aprobado las exportaciones de gas natural licuado (GNL) del proyecto Alaska LNG propuesto por Alaska Gasline Development Corporation (AGDC).
El 13 de abril, el DOE de EE.UU. publicó un documento por el que se aprueban las exportaciones de GNL del proyecto propuesto en Alaska a países no pertenecientes a ningún tratado de libre comercio (TLC) por un plazo de 30 años.
Si se conceden todos los permisos necesarios, el proyecto de casi 39.000 millones de dólares estaría operativo en 2030.
El proyecto Alaska LNG constará de instalaciones de licuefacción en la península de Kenai diseñadas para producir hasta 20 millones de toneladas al año. También incluye un gasoducto de aproximadamente 807 millas de largo (1.300 kilómetros) y 42 pulgadas de diámetro capaz de transportar hasta 3.900 millones de pies cúbicos de gas al día hasta la planta.
La aprobación de exportación para el proyecto se concedió por primera vez en agosto de 2020, permitiendo que este GNL se exportara en un volumen equivalente a 929.000 millones de pies cúbicos al año (Bcf/año) de gas natural (2,55 Bcf al día), por barco desde la planta de licuefacción a países no pertenecientes al ALC.
Sin embargo, los grupos ecologistas se opusieron a la decisión y al proyecto. Esto dio lugar a una revisión medioambiental que concluyó que el proyecto tiene importantes beneficios socioeconómicos y señaló sus ventajas medioambientales frente a otros proyectos de GNL competidores.
Tras esta revisión y nueva audiencia, el DOE estadounidense modificó la aprobación anterior imponiendo una nueva condición que prohibía el venteo del dióxido de carbono (CO2) producido junto con el gas natural y separado de éste.
“Alaska LNG deberá presentar al DOE, como parte de su informe mensual, una declaración que certifique que el gas natural producido para su exportación en forma de GNL en el mes anterior no dio lugar a la ventilación de dióxido de carbono (CO2) subproducto a la atmósfera, a menos que sea necesario por emergencias, mantenimiento o exigencias operativas y en cumplimiento de la Orden de la FERC”, señalaba la decisión.
Reacciones de los ecologistas
Los grupos ecologistas respondieron a esta decisión afirmando que “da luz verde a otra bomba de carbono, uno de los mayores proyectos de infraestructuras estadounidenses jamás propuestos”.
Earthjustice representa actualmente a grupos ecologistas en la impugnación de otra aprobación clave para el proyecto de GNL de Alaska por parte de la Comisión Federal Reguladora de la Energía (FERC).
“Con las aprobaciones del DOE y de la FERC, la terminal de exportación de GNL de Alaska cuenta ahora con la mayoría de las aprobaciones necesarias para seguir adelante. Sin embargo, el destino final del proyecto dista mucho de ser seguro. La orden del DOE también concede al Centro para la Diversidad Biológica y a Cook Inletkeeper permiso para intervenir, despejando el camino para que ambas organizaciones, junto con Sierra Club, presenten potencialmente recursos legales adicionales a la aprobación del DOE”, dijo Earthjustice.
Erin Colón, abogada sénior de Earthjustice con sede en Juneau, Alaska, que dirigió el litigio ante la FERC, comentó: “El proyecto de GNL de Alaska no sólo es innecesario dada la transición generalizada a alternativas de energía limpia que esperamos ver en los próximos años, sino que también es una gran amenaza para los ecosistemas y el clima de Alaska. Las emisiones estatales de gases de efecto invernadero procedentes de combustibles fósiles se dispararían casi un 30% con respecto a los niveles actuales, en una época en la que todos los demás estados se esforzarán por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto ocurre además en un lugar especialmente afectado por el cambio climático, con el deshielo del hielo marino, el deshielo del permafrost y la erosión costera. Es frustrante que el Departamento de Energía apruebe un proyecto de infraestructuras de combustibles fósiles de este tipo, cuando está en clara contradicción con la urgente necesidad de atajar la crisis climática”.
Liz Jones, abogada del Instituto de Derecho Climático del Centro para la Diversidad Biológica, declaró: “Justo después de la horrible decisión sobre Willow, es doloroso ver cómo los funcionarios de Biden dan luz verde a un proyecto de combustibles fósiles aún mayor que destruirá el hábitat del Ártico y alimentará la crisis climática. Este proyecto enviará miles de millones de pies cúbicos de gas al día a través de Alaska y de aguas repletas de vida silvestre, todo para ser quemado en costas extranjeras en nuestra atmósfera sobrecalentada. El proyecto Alaska LNG nunca debería haberse aprobado”.
Amigos de la Tierra ha presentado una solicitud de información pública al AGDC, dirigida a las comunicaciones entre el personal del AGDC y sus grupos de presión en Brownstein, Hyatt, Farber y Schreck, incluida Samantha Carl-Yoder, ex jefa de gabinete de Amos Hochstein, Coordinador Presidencial Especial para Infraestructuras Mundiales y Seguridad Energética.
Noticia tomada de: Offshore Energy / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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