Uno de los problemas a los que se enfrentan los promotores al establecer plantas solares es la oposición de la comunidad al proyecto. Aunque una investigación de Pew Research realizada el año pasado reveló que casi todos los adultos estadounidenses (el 84%) apoyaban la ampliación de la presencia de la energía solar en el país, no siempre es así cuando se propone un proyecto en las proximidades de una comunidad y resurgen las actitudes negacionistas.
Los detalles de la objeción de la comunidad varían según el momento y el lugar, pero hay temas recurrentes en esta oposición: el riesgo para el medio ambiente, la estética de los proyectos, los trastornos para la comunidad local, la presión sobre el sistema de transmisión local, etc.
“Conseguir el apoyo de la comunidad puede ser una gran empresa y hemos comprobado que el mayor obstáculo que hay que superar es la falta de educación”, dice Alan Robertson, director general del promotor fotovoltaico estadounidense BlueWave. “Con frecuencia, esa falta de educación se convierte en miedo e incluso en una reacción violenta que da lugar a importantes contratiempos, incluso al rechazo de una propuesta de proyecto inicial”.
“Muchos residentes de la comunidad desconocen cómo funciona el proceso de desarrollo solar, cómo beneficia la energía solar a su comunidad y cuáles son los verdaderos impactos de un nuevo proyecto”, añade Robertson.
PV Tech ha hablado con Robertson y con Perch Energy, la filial de BlueWave, sobre la aceptación y el apoyo de la comunidad a la energía solar fotovoltaica y sobre lo que se puede hacer para convencer a las comunidades de los beneficios de la energía solar.
Aumentar el apoyo de la comunidad a los proyectos solares a gran escala
“Cuando te acercas a la ubicación de un nuevo proyecto, nunca sabes qué preocupaciones se van a expresar”, dice Robertson, aunque afirma que normalmente las preocupaciones de la comunidad en EE.UU. van desde “los residentes que están preocupados por la apariencia de los paneles solares y cómo van a impactar negativamente en la visual del vecindario hasta los que se centran en los posibles peligros de los paneles, el potencial de escorrentía de aguas pluviales desplazadas y la gestión general del sitio”.
Las objeciones de la comunidad a los proyectos solares a gran escala en EE.UU. son más comunes en las zonas rurales, ya que el desarrollo de las tierras de cultivo suele suscitar debates sobre el uso del suelo, señala Robertson.
Un estudio realizado en 2020 sobre la aceptación por parte de la comunidad de la energía solar a gran escala descubrió que las tensiones “verde contra verde” eran un fenómeno importante, ya que los conservacionistas se enfrentaban a los promotores de energías renovables por el impacto medioambiental de los proyectos. Por eso, BlueWave incorpora prácticas de doble uso siempre que es posible.
“Queremos mantener las tierras de cultivo viables para su uso agrícola”, explica Robertson. “El cambio de añadir prácticas agrivoltaicas a la energía solar ha ayudado a que las comunidades rurales lo acepten”.
“Con la práctica de la agrivoltaica, mantenemos las tierras de cultivo viables y seguimos apoyando a los agricultores al compensar los costes energéticos y mantener la tierra en manos de los miembros de la comunidad”, añade.
Además, es crucial comprometerse adecuadamente con la comunidad, yendo más allá del mínimo de compromiso comunitario, dice Robertson. Cuando se desarrolla un nuevo proyecto, hay muchos requisitos, como las audiencias públicas y las reuniones de la junta de planificación, aunque éstas no proporcionan el mejor escenario para la retroalimentación de la comunidad o el diálogo abierto, señala.
“Además de los foros regulados, nos gusta celebrar reuniones comunitarias por separado para tener una línea directa con BlueWave”, explica Robertson. “En estas reuniones podemos entablar una conversación con la comunidad y tener interacciones humanas, lo que nos parece la mejor manera de encontrar resoluciones y conseguir la aprobación de la comunidad”.
Otro mecanismo para aumentar el apoyo de la comunidad a la energía solar fotovoltaica es subrayar los posibles beneficios económicos en las facturas de energía de la comunidad local. “Las empresas pueden cambiar la opinión de la comunidad sobre la energía solar diseñando proyectos y programas que aporten valor a los residentes locales”, dice Robertson.
“La energía solar comunitaria es un gran ejemplo de ello. Los créditos energéticos suelen suponer un ahorro de costes energéticos y permiten a los residentes locales participar en la energía limpia sin necesidad de instalar sus propios sistemas solares en los tejados”, añade.
La energía solar comunitaria puede cambiar las percepciones
Mucha gente todavía no conoce las oportunidades de la energía solar comunitaria y no está segura de sus beneficios, dice Bruce Stewart, director general de Perch Energy, que se escindió de BlueWave en 2010 para ampliar el acceso a la energía renovable y servir a una gama más amplia de propietarios y promotores de activos.
“Reunimos a las personas que desarrollan y poseen activos solares y a los clientes interesados en acceder a la energía solar, prestando servicio a esos clientes a lo largo del tiempo”, dice Stewart, y añade que la expansión de la energía solar comunitaria es un componente clave del viaje de descarbonización de Estados Unidos.
Además, dice que aumentar el conocimiento sobre la energía solar comunitaria y los beneficios que puede aportar a los residentes locales es otro medio de generar apoyo a la energía solar fotovoltaica en su conjunto.
Aunque Stewart reconoce las objeciones habituales a los proyectos solares -preocupaciones medioambientales, de uso del suelo, etc.-, afirma que los argumentos a favor de este desarrollo son más poderosos. Hay que venderlo como parte de una importante misión nacional que no perturba a las comunidades locales, creará puestos de trabajo y aportará beneficios a la zona, dice Stewart.
La Asociación de Industrias de la Energía Solar (SEIA) ha publicado una guía de ubicación para la energía solar comunitaria que ofrece un marco de consulta a los promotores y a los organismos reguladores estatales y subraya la necesidad de un mayor despliegue en todo Estados Unidos.
En ella se describe una estrategia de cuatro fases para determinar la ubicación de los proyectos solares comunitarios, que define como instalaciones solares locales -por lo general de menos de 5 MW- compartidas por varios abonados de la comunidad que reciben créditos en sus facturas de electricidad por su parte de la energía producida.
Noticia tomada de: PV TECH / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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