2020 fue el año en que el cambio climático se convirtió en una fuerza dominante para los productos básicos, ya que las principales empresas mineras y los gobiernos asumieron ambiciosos compromisos netos cero, señala Wood Mackenzie en su último informe.
Las energías renovables crecieron en importancia en las carteras de algunas empresas de petróleo y gas y como fuente de energía para la minería. El precio del carbono se aceleró y los precios de los derechos de emisión en el marco del Esquema de comercio de emisiones de la UE y la Iniciativa climática occidental alcanzaron niveles récord.
Es probable que este impulso aumente en 2021, dice WoodMac, a medida que los emisores actúen según los planes para cumplir sus objetivos climáticos.
James Whiteside, director global de investigación de múltiples productos básicos, y Amy Bowe, directora de investigación de carbono de Wood Mackenzie, ven las cinco tendencias de emisiones más importantes para observar este año:
- Los compromisos climáticos del gobierno aumentarán antes de la COP26
- Los avances tecnológicos ayudarán a reducir las emisiones de la extracción de metales y la producción de petróleo y gas;
- Los informes del grupo de trabajo sobre divulgaciones financieras relacionadas con el clima (TCFD) se convertirán en un requisito para una gama más amplia de empresas;
- Los productos básicos se comercializarán cada vez más con sus credenciales ecológicas; y
- Las empresas de energía continuarán liderando el camino en la desinversión y diversificación para gestionar el riesgo de emisiones.
“El Acuerdo de París de 2015 requería que los signatarios se comprometieran a fortalecer los objetivos climáticos nacionales cada cinco años. Desde la primera ronda de objetivos presentada el año pasado, emisores importantes como el Reino Unido, la UE y Canadá se comprometieron a alcanzar cero emisiones netas para mediados de siglo. Estas jurisdicciones implementarán políticas para lograr estos objetivos en 2021”, dice Bowe.
Bowe dice que el mundo estará observando para ver qué otros países toman el relevo. China, India, Sudáfrica, Arabia Saudita e India se encuentran entre los que aún no han presentado presentaciones, dice, aunque tanto China como India han indicado que tienen la intención de renovar en gran medida los compromisos existentes para 2030.
“En particular, todos los ojos estarán puestos en los objetivos de China para la nueva capacidad de energía de carbón después de que el país anunció su objetivo de ser carbono neutral para 2060. Además, la promesa del presidente Joe Biden de volver a unirse al Acuerdo de París y consagrar un objetivo cero neto para 2050 será otro paso adelante en las ambiciones climáticas en 2021”, dice Bowe.
WoodMac espera que se logren avances en la descarbonización de la producción de metales en las minas, mientras que los desarrollos posteriores permanecerán en la fase piloto.
“La reducción de las emisiones de la mina se verá impulsada por la aceleración de las instalaciones de energías renovables”, dice Whiteside. “Chile, un pionero notable en esta área, verá 3,5 GW de proyectos de energías renovables contratados a empresas mineras completados en 2021. Además, se hará un progreso gradual en el reemplazo de flotas de camiones mineros típicamente diesel con alternativas eléctricas”.
Anglo American, por ejemplo, comenzará a operar el primer camión minero de vehículo eléctrico de celda de combustible de hidrógeno (Fuel Cell Electric Vehicle, FCEV, por sus siglas en inglés) de potencia completa.
“Por el contrario, los desarrollos tecnológicos para reducir las emisiones de los procesos posteriores en industrias como el acero y el aluminio permanecerán en la fase piloto. Los productores de metales aguas abajo dependerán de la eficiencia operativa y una mayor utilización de la chatarra para reducir las emisiones a corto plazo”, dice Whiteside.
Los productores de petróleo y gas continuarán reduciendo las emisiones operativas, dice WoodMac, con un enfoque en los beneficios inmediatos, como las fugas de metano y la reducción de la ventilación y la quema.
Como parte de la Oil and Gas Methane Partnership, muchas de las grandes NOC (National Oil Company), IOC (International Oil Company) y grandes empresas del mundo acordaron nuevos objetivos de reducción de metano a finales de 2020: reducir las emisiones de metano en un 45% para 2025 y en un 60% para 2030 (en relación con los niveles de 2015). – junto con medidas de información más estrictas. El cumplimiento de estos objetivos podría reducir las emisiones de metano del 13% del total de emisiones aguas arriba a menos del 5% para 2030, dice WoodMac.
“Esperamos que más productores de petróleo y gas establezcan sus propios objetivos de reducción de metano, amplíen los informes de metano en sus informes de sostenibilidad y desplieguen tecnologías de control y reducción de metano. También esperamos que la quema rutinaria disminuya en todo el mundo, particularmente en los EE. UU.
“Es probable que la administración Biden fortalezca las regulaciones con respecto a la gestión de emisiones del sector de petróleo y gas. Si todos los campos productores de EE. UU. dejaran de quemarse por completo para el 2022, esto reduciría las emisiones ascendentes estadounidenses en un 13% y resultaría en una reducción absoluta de emisiones aproximadamente equivalente a las emisiones ascendentes totales de Noruega. Sin embargo, siguen existiendo barreras estructurales considerables, incluidas las limitaciones de infraestructura, los bajos precios del gas y la falta de mercados nacionales o de exportación en muchos países”, añade Bowe.
Desde que se publicaron las directrices del Grupo de Trabajo para Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima (Task Force for Climate-Related Financial Disclosures, TCFD, por sus siglas en inglés) en 2017, casi 1,500 organizaciones se han inscrito para apoyarlas, con empresas de recursos naturales a la vanguardia. De los ocho sectores revisados por TCFD en su informe de estado de 2020, la industria energética tuvo el nivel más alto de divulgación alineado con las pautas de TCFD, con un promedio del 40% en todas las categorías, destaca WoodMac.
Si bien sigue siendo voluntario en la mayoría de las jurisdicciones, existe un movimiento creciente para exigir la divulgación de TCFD para las empresas que cotizan en bolsa.
WoodMac espera que aumente la cantidad de autoridades reguladoras que exigen divulgaciones relacionadas con el clima, y muchas de ellas respaldan específicamente las pautas de TCFD.
En 2020, la intensidad de las emisiones emergió como un diferenciador competitivo tanto para el GNL como para los productos metálicos. La Bolsa de Metales de Londres (London Metals Exchange, LME, por sus siglas en inglés), por ejemplo, ya planea introducir una plataforma de comercio al contado este año para el aluminio bajo en carbono. Wood Mackenzie dice que es probable que esta tendencia de una ‘prima verde’ se acelere en 2021 y cubra aún más productos básicos.
“Los detalles del impuesto fronterizo al carbono esperado de la UE, que se anunciará en junio, probablemente favorecerán las importaciones de productos con menor intensidad de emisiones para los sectores cubiertos y contribuirán a la revolución de las credenciales ecológicas”, dice Bowe.
“Además, todos los proyectos de ley sobre el clima sometidos al Congreso de los Estados Unidos incluyen actualmente algún tipo de mecanismo de ajuste de la frontera de carbono. Si estas medidas fueran aprobadas, otras economías indudablemente buscarán implementar mecanismos similares en respuesta”.
A medida que los productos básicos compitan cada vez más en función de la intensidad de las emisiones, los productores comenzarán a percibir un sobreprecio por los productos básicos ecológicos, dice WoodMac, los datos de emisiones anteriores sugieren que existe una amplia gama de intensidades de emisiones asociadas con el GNL y el aluminio, así como con otros productos de petróleo y gas y metales y productos mineros. Asegurar que estas diferencias se capturen con precisión estimulará la demanda de verificación y certificación de emisiones.
“Esperamos ver más ajustes en la cartera para cumplir los objetivos climáticos, especialmente entre las principales empresas de energía. Hasta la fecha, los movimientos han sido motivados por la reducción de las emisiones absolutas de Alcance 1, pero es probable que la intensidad de Alcance 3 aumente en el enfoque a medida que más empresas establezcan objetivos de neutralidad de carbono”, agrega Whiteside.
“Tanto las grandes empresas de petróleo y gas como las mineras diversificadas continuarán desinvirtiendo los activos más intensivos en emisiones para reducir las emisiones de Alcance 1. En particular, el éxodo de los mineros diversificados del carbón térmico continuará con Anglo y BHP buscando compradores de sus activos de carbón y BP podría deshacerse de su cartera australiana, incluidos los activos de GNL de alta intensidad”.
Si bien muchos países han incorporado estrategias de crecimiento verde en los paquetes de recuperación del coronavirus, la búsqueda del crecimiento económico se ha producido a expensas de las emisiones para algunos, señala WoodMac. El estímulo chino se ha centrado en inversiones en infraestructura, impulsando la demanda de acero, aluminio y otros metales.
“Si los paquetes de estímulo del gobierno deben mantenerse en 2021, esto podría enfocarse nuevamente en inversiones en infraestructura intensivas en carbono. Muchas naciones estarán desesperadas por poner en marcha sus economías independientemente del impacto en las emisiones o los objetivos del Acuerdo de París”, dice Whiteside.
“Dicho esto, la presión de los inversores no permitirá que los mayores productores de metales y energía se desvíen del camino al que se han comprometido ahora. Incluso si algunas naciones priorizan el crecimiento económico a corto plazo sobre el crecimiento sostenible, hay suficiente impulso detrás de las iniciativas y compromisos asumidos por otras partes interesadas públicas y privadas para impulsar la agenda verde en 2021″.
Noticia tomada de: MINING / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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