Joe Biden ofreció a los votantes estadounidenses una visión radicalmente diferente a la política energética del presidente Donald Trump, que se centra en abordar la amenaza del cambio climático.
De acuerdo a un comunicado de prensa de Wood Mackenzie, el político estadounidense Joe Biden entrará en la Casa Blanca, y tendrá como objetivo poner a los EE.UU. rumbo a las cero emisiones de gases de efecto invernadero para 2050 y devolverlo al acuerdo climático de París. Pero hay una buena posibilidad de que los republicanos retengan el control del Senado, limitando así su agenda.
Con el gobierno federal limitado, las políticas estatales seguirán siendo importantes. Es probable que las influencias clave que dan forma a la industria energética de los EE.UU. sean las fuerzas del mercado, al igual que lo fueron bajo Barack Obama y Donald Trump. Pero el cambio de gobierno federal tendrá algunas consecuencias significativas.
Según Ed Crooks, vicepresidente de Wood Mackenzie para América, estas son algunas de las más importantes:
5 consecuencias de una administración Biden para la energía estadounidense
1.- Un impulso para la energía eólica marina
La administración Trump ha ralentizado el proceso de aprobación para la energía eólica offshore y ha propuesto cerrar una sección de la costa atlántica de EE.UU. desde Florida a Virginia. La administración Biden actuará más rápido para apoyar a los estados y las empresas que buscan desarrollar industrias eólicas en alta mar.
2.- Restricciones para el desarrollo del petróleo y el gas
Desde el punto de vista de la consultora Wood Mackenzie, no habrá una prohibición en el Fracking, pero Biden se ha comprometido a poner fin a las ventas de nuevos contratos de arrendamiento para el desarrollo de petróleo y gas en tierras y aguas públicas.
En tierra firme, el impacto sería mínimo. Mientras que en el mar, los efectos serían más significativos, aunque tardarían un tiempo en hacerse evidentes. Una prohibición de nuevos contratos, si es permanente, significaría que para 2035 la producción de petróleo y gas en el mar de los Estados Unidos sería alrededor de un 30% más baja que si las ventas de contratos hubieran continuado.
3.- Nuevos obstáculos para los proyectos de infraestructura de petróleo y gas
Las decisiones sobre los permisos federales para proyectos de infraestructura tendrán en cuenta sus implicaciones para las emisiones de gases de efecto invernadero y el cambio climático, creando nuevos obstáculos para los desarrolladores de oleoductos y gasoductos y las instalaciones de exportación.
4.- Apoyo a los vehículos eléctricos
Biden planea imponer normas más estrictas de ahorro de combustible, lo que ayudará a las ventas de coches eléctricos. Para 2030 podría haber 4 millones de EV (Vehículos Eléctricos, en español) en las carreteras de EE.UU. como resultado de esas normas, casi un 60% más que si las normas de la administración Trump hubieran entrado en vigor. Sin embargo, el impacto en la demanda de combustible de los EE.UU. en esta década será mínimo. Incluso 4 millones de EV representan sólo alrededor del 1,5% del total de 275 millones de vehículos que esperamos en las carreteras de EE.UU. en 2030.
5.- No hay una rápida flexivilización hacia las sanciones a Irán
Aunque Biden ha sido muy crítico con la decisión de Trump de sacar a los EE.UU. del acuerdo internacional sobre el programa nuclear de Irán, y ha prometido un cambio de enfoque, eso no significa que vaya a actuar rápidamente para relajar las sanciones que se han impuesto desde 2018. Es probable que las negociaciones sobre un posible acuerdo renovado no comiencen hasta junio de 2021 como muy pronto, después de las elecciones de Irán, y no hay garantías de que los dos países lleguen a un acuerdo.
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