Cientos de personas se reunieron en el municipio de Tapia de Casariego, en el norte de España, para protestar contra la explotación del cercano yacimiento de oro de Salave, según informaron los medios de comunicación locales.
La antigua mina, descubierta y explotada inicialmente por los romanos en el siglo I y considerada actualmente como uno de los mayores yacimientos de oro inexplorados de Europa, está siendo explorada por Exploraciones Mineras del Cantábrico (EMC), una empresa española respaldada por capital local e internacional.
Sin embargo, su empeño se enfrenta a la oposición del grupo activista Oro No, que ha unido fuerzas con otras iniciativas medioambientales, así como con organizaciones profesionales y comunitarias, grupos de pescadores, asociaciones de turismo, cooperativas agrícolas y productores de miel, entre otros.
Bajo el lema “no al oro”, los manifestantes expresaron su preocupación por el impacto que la explotación minera tendría sobre su modo de vida, el medio ambiente y las actividades económicas tradicionales de la zona. También pidieron al gobierno local que se oponga al proyecto.
Sin embargo, Salave también tiene partidarios.
Antes de la acción de protesta, la Asociación para la Reindustrialización del Occidente de Asturias (IDOA) emitió un comunicado en el que presentaba 607 firmas de personas que apoyan el proyecto minero.
En el comunicado, Salave se presenta como un proyecto que impulsaría la economía de la región.
Historia antigua
Tras las primeras extracciones a cielo abierto realizadas por los romanos, los trabajos de extracción se reanudaron en Salave a mediados del siglo XX, pero se dirigieron principalmente a la obtención de molibdeno en pequeñas vetas locales de forma bastante superficial.
Aunque la mineralización incluye otros minerales y metales en diferentes concentraciones, la EMC afirma que, debido a su abundancia, el oro es lo que ha cobrado un interés significativo desde el punto de vista técnico y económico.
Se estima que, en la época romana, se extrajeron en Salave entre 2 y 6 millones de toneladas de roca, recuperando entre 5.000 y 7.000 kilogramos de oro.
Según la EMC, por razones que no se conocen con exactitud, pero probablemente debido a las dificultades para controlar el flujo de agua cuando llegaban a cierta profundidad en sus trabajos, los romanos abandonaron la extracción de Salave.
Desde entonces, no hubo ninguna actividad minera documentada en la zona hasta los años 40, cuando se extrajeron ciertos minerales como el molibdeno para la fabricación de acero.
En la década de 1960, varias empresas especializadas en investigación y desarrollo minero mostraron su interés por desarrollar y verificar la continuidad mineralizada en profundidad que los romanos explotaban en superficie.
Mediante técnicas geoquímicas, geofísicas y de prospección directa, se reconstruyó el modelo de mineralización de Salave. Así, se ha evaluado su viabilidad morfológica, proximal, técnica, medioambiental y económica.
Más allá de los estudios geoquímicos y geofísicos preliminares, desde los años 70 se han realizado en la zona de Salave cerca de 500 sondeos de distinta longitud e inclinación, con un total de 65.000 metros.
El último sondeo fue realizado por Exploraciones Mineras del Cantábrico en 2018. Se perforaron algo más de 2.000 metros, con el objetivo de finalizar los sondeos anteriores, confirmar sus resultados y facilitar la elaboración de un estudio de viabilidad.
Noticia tomada de: MINING / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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