La super batería de iones de litio está cada vez más cerca. Investigadores norteamericanos han desarrollado una batería flexible que es capaz de durar más y funcionar en condiciones extremas de temperatura, inmersión en el agua, impacto de bala y no se incendia ni explota jamás. Podría estar disponible en un par de años.
Las baterías de iones de litio actuales son susceptibles de incendiarse o explotar sin previo aviso porque están construidas con materiales inflamables y combustibles. Ejemplos de ello son las prohibiciones de volar con determinados dispositivos móviles (recordemos el caso del Samsung Galaxy Note7) o la imposibilidad de llevar cigarrillos electrónicos, que también se cargan con baterías de iones de litio, en barcos y submarinos de la Armada estadounidense.
Según se relata en la página web de la propia Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos), un equipo de investigadores de este centro educativo, liderado por Konstantinos Gerasopoulos, parece haber descubierto la solución a este problema de seguridad, que afecta tanto a dispositivos electrónicos como a, por ejemplo, vehículos eléctricos.
Nueva reformulación
La clave está en una nueva clase de electrolitos de “agua en sal” y “agua en bisalto”, conocidos como WiS y WiBS, respectivamente, que, cuando se incorporan en una matriz polimérica, reducen la actividad del agua y elevan las capacidades de energía y el ciclo de vida de la batería al tiempo que eliminan los solventes inflamables, tóxicos y altamente reactivos presentes en las baterías actuales de iones de litio. Es una alternativa segura y poderosa, señalan los investigadores.
“Las baterías de iones de litio ya son una presencia constante en nuestra vida cotidiana, desde nuestros teléfonos hasta nuestros automóviles, y continuar mejorando su seguridad es fundamental para seguir avanzando en la tecnología de almacenamiento de energía”, afirma Gerasopoulos.
Los científicos calculan que empezarán a desarrollar prototipos en un año
“Los estándares de las baterías de iones de litio no han cambiado mucho desde su comercialización a principios de la década de 1990; todavía utilizamos los mismos tipos de células cilíndricas o prismáticas. El electrolito líquido y el empaquetado hermético requerido tienen mucho que ver con eso”, señala.
“Los esfuerzos de nuestro equipo se han centrado en reemplazar el líquido inflamable por un polímero que mejore la seguridad y los estándares”, añade Gerasopoulos, que confía que este nuevo descubrimiento se haga realidad en breve: “Esperamos pasar de esta nueva investigación a la creación de prototipos en un año”.
Noticia de: El Confidencial
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