Las importaciones de petróleo de China cayeron por segundo año consecutivo en 2022 a pesar de una oleada de compras en el cuarto trimestre, ya que las estrictas medidas de control COVID-19 del país lastraron la economía y la demanda de combustible.
Las importaciones para todo el año del primer comprador mundial de petróleo ascendieron a 508,28 millones de toneladas, equivalentes a 10,17 millones de barriles diarios, un 0,9% menos que en 2021, según datos de la Administración General de Aduanas.
Los motores del descenso de China
Ello siguió a la caída de 2021, que supuso el primer descenso anual de las importaciones de petróleo de China en dos décadas. En 2020, las importaciones alcanzaron la cifra récord de 10,8 millones de bpd.
Consideradas como una medida de apoyo a la industria china del refino, las mayores cuotas de exportación de combustible han continuado también este año, estimulando las expectativas de una mayor demanda de petróleo por parte del país y empujando los precios al alza.
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Las importaciones se ralentizaron durante la mayor parte del año pasado, ya que las refinerías se enfrentaron a márgenes cada vez más débiles y a una floja demanda de combustible, pero empezaron a repuntar en octubre, cuando Pekín decidió apoyar a la industria impulsando drásticamente las exportaciones de combustible.
Los motores del descenso fueron una demanda más débil y unos márgenes de refinación más bajos. Sin embargo, en el último trimestre del año, Pekín empezó a aumentar las cuotas de exportación de combustible y las importaciones repuntaron.
Según el informe, las importaciones de crudo en diciembre fueron de 11,3 millones de barriles diarios, la tercera cifra mensual más alta de 2022, y se debieron a una mayor compra de petróleo saudí, ya que el Reino redujo los precios para los clientes asiáticos.
En el lado de los vientos en contra, los cierres relacionados con el Covid mermaron el crecimiento potencial de la demanda el año pasado, pero también dieron motivos a los analistas para esperar un fuerte repunte este año, del mismo modo que la demanda mundial de petróleo repuntó tras los cierres de 2020.
Mientras tanto, las refinerías del país siguieron comprando petróleo ruso e iraní con descuento, incluidas nuevas calidades de petróleo ruso que hasta hace poco se enviaban principalmente a Europa. Junto con India, China se ha convertido en el mayor cliente de petróleo de Rusia.
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Las importaciones de petróleo bajaron pero fueron un impulsor de los precios
A pesar del descenso de las importaciones de petróleo para 2022, China fue uno de los principales impulsores de los precios del petróleo durante ese año. Cada anuncio de cierre pesaba sobre los precios y cada informe sobre la reapertura pendiente del país empujaba al alza los índices de referencia.
Con el gobierno centrado en reactivar el crecimiento económico este año después de abandonar sus duras medidas de control COVID, algunos analistas esperan que las importaciones de crudo de China repunten con fuerza en 2023.
También este año, China encabeza las listas de los analistas de los factores que influirán en el movimiento de los precios del petróleo. Hay consenso en que, si la economía china se reabre plenamente, el Brent podría dispararse de nuevo por encima de los 100 dólares el barril, y algunos, como el gestor de fondos de cobertura Pierre Andurand, lo ven tan alto como 140 dólares el barril si eso ocurre.
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