Por el momento, Chevron Corp. es la única empresa estadounidense que sigue haciendo negocios petroleros en Venezuela. La gigante norteamericana ha obtenido exenciones a las sanciones impuestas por Washington, la última de éstas se realizó en enero y se extiende hasta abril de 2020.
Estados Unidos está considerando sanciones más severas que pueden ir directamente en contra del productor ruso Rosneft y potencialmente afectar la exención de Chevron en un momento en que las tensiones entre los dos países están nuevamente en aumento.
El costo de salida de Chevron
Chevron ha contribuido de manera decisiva al aumento de la producción de petróleo de exportación en un proyecto clave en Venezuela, llevándola a niveles no vistos en mucho tiempo.
Sin embargo, Chevron reportó pérdidas de US$104 millones relacionadas con su negocio en Venezuela durante los primeros nueve meses del año 2019. La situación es que si el Departamento del Tesoro deja de concederle exenciones a las sanciones, Chevron tendría que abandonar el país, lo que le costaría US$ 2,700 millones en activos.
La exención de Chevron ha beneficiado a ambos países, por una parte ha mitigado el colapso de la producción petrolera de Venezuela y por la otra ha permitido obstaculizar una mayor expansión de Rusia y China en el país.
Las circunstancias le han permitido a Chevron seguir siendo el único jugador de EE.UU. en un país con un estimado de 302.8 mil millones de barriles de reservas de petróleo y una compañía petrolera estatal que ha visto caer la producción en un 74% desde 2009 a alrededor de 792,000 barriles por día, según el último informe de la OPEP.
Por su lado, el gobierno de la nación sudamericana está considerando dar a los productores extranjeros el control operativo en algunos campos para lograr atraer el ingreso de dinero adicional y, tal vez, empujar a otras compañías petroleras de EE.UU. a presionar por su propio acceso a las enormes reservas de petróleo de Venezuela.
El objetivo probable es hacerlo tan atractivo, que las empresas comiencen a presionar más en Estados Unidos, dijo Raúl Gallegos, director de Control Risks, una firma consultora internacional con sede en Bogotá, Colombia.
Figura 1. El top 5 de los países con las mayores reservas de petróleo
El origen del debate respecto a Chevron y su aporte a mantener el flujo de petróleo en Venezuela.
Petroboscan, es la empresa conjunta que Chevron opera junto con PDVSA, y produjo alrededor de 200,000 bpd hasta octubre de 2019. La gigante de Estados Unidos tiene una participación del 30% en la empresa.
Además de la participación en la empresa Petroboscan, Chevron ha ayudado a restaurar la producción en el mejorador de crudo (upgrader) denominado Petropiar que ejecuta como un proyecto conjunto con PDVSA.
Este mejorador convierte el petróleo extrapesado del área Hamaca en la Faja Petrolífera de Orinoco, ubicada al sureste de la nación, en un crudo sintético ligero de alto valor comercial y que se destina para exportación.
Después de estar cerrado parcialmente buena parte de 2019, la refinería ahora produce unos 130,000 barriles por día de crudo. En el papel, PDVSA controla a Petropiar como propietario mayoritario, pero Chevron mantuvo el flujo de petróleo y ayudó a reparar las instalaciones industriales necesarias para refinar el crudo extrapesado en crudo comercializable.
Bloomberg citando fuentes anónimas escribe que esta mayor producción contribuyó al aumento de 100,000 bpd en la producción global de Venezuela en enero de 2020, según la encuesta mensual de S&P Global Platts sobre la producción de la OPEP. El promedio diario del país en dificultades alcanzó el mes pasado el más alto nivel en un año, con 820.000 bpd.
Ray Fohr, un portavoz de Chevron, dijo que la empresa petrolera con sede en California, se centra en su “negocio base” en Venezuela y cumple con la ley. Dijo que PDVSA dirige los procesos de trabajo en el área donde se encuentra el mejorador, incluidas las decisiones tomadas con respecto al uso de petróleo liviano, así como las paradas y reinicios de la planta.
En general, Chevron tuvo una disminución de la producción en 2019 en comparación con 2018 y si Chevron se ve obligado a abandonar Venezuela, las empresas no estadounidenses llenarán el vacío y la producción de petróleo continuará.
Trato diferenciado para con otras compañías
Mientras tanto, otras compañías petroleras estadounidenses han manifestado que no reciben el mismo trato que Chevron y que están bloqueadas. Esta es una política de “America Last”, dijo en una entrevista Ali Rahman, director de compañía radicada en EE.UU. Erepla Services LLC. Aparte de las pocas licencias seleccionadas, las sanciones perjudicaron más que nada a los intereses comerciales estadounidenses.
En 2018, esta compañía celebró un contrato potencialmente lucrativo con la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) para proporcionar servicios petroleros y de comercialización a tres campos. Poco después, la administración del presidente Trump endureció sus sanciones, poniendo las operaciones en espera. La compañía buscó una exención similar a la de Chevron, dijo Rahman, pero nunca obtuvo la aprobación.
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