Con el tráfico de datos global más del doble cada cuatro años, no sorprende que el impacto ambiental de los centros de datos esté bajo escrutinio.
En 2018, los centros de datos chinos produjeron 99 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), generando la huella ambiental equivalente a 21 millones de automóviles aproximadamente.
La tecnología de datos generalmente se percibe como positiva para el medio ambiente: medidores inteligentes, análisis predictivos y vehículos autónomos. De hecho, incluso la noción de la nube invita a pensar en la frescura y el aire limpio. Sin embargo, la realidad es que los centros de datos consumen mucha energía.
A medida que la adopción de la computación en la nube continúa aumentando a un ritmo rápido, más empresas confían en instalaciones dedicadas para recopilar, almacenar, procesar y distribuir datos. Si los datos van a seguir actuando como la potencia de la revolución de la información, es crucial evaluar sus ineficiencias.
Empresas ecológicas – Buscando la eficiencia
Las energías renovables elegidas para los centros de datos incluyen la solar, eólica, geotérmica y recuperación de calor residual. Las empresas están trabajando para abordar el problema de la eficiencia. De hecho, hay muchas que luchan por el título de empresa de tecnología más ecológica. Tanto Apple como Google afirman que funcionan con energía 100 % renovable, mientras que Microsoft anunció que está adelantado a alcanzar su objetivo de energía renovable al 60 % en sus centros de datos para este año 2020.
La tecnología para mejorar la eficiencia del centro de datos ya existe. Se han aprovechado los beneficios de las tecnologías renovables en varias industrias durante décadas, por lo que no hay razón para que estos centros no puedan beneficiarse de la energía solar.
Sin embargo, la gran cantidad de energía que requiere un centro de datos significa que garantizar la eficiencia y la continuidad de la energía renovable es crucial: los datos simplemente no tienen tiempo para un día nublado o un panel roto.
Al instalar sistemas de energía renovable en centros de datos, los operadores también deberán utilizar tecnología para evitar posibles ineficiencias en el lugar. Por ejemplo, al conectar nuevos paneles solares o desconectar instalaciones existentes de la red para mantenimiento, los paneles continúan generando electricidad. Este exceso de energía podría dañar el equipo, por lo que debe dispersarse de manera segura.
Para lograr esto, se deben agregar bancos de carga o cargas ficticias en los paneles solares para disipar el exceso de energía y así ayudar a aumentar y mantener de forma segura las fuentes de energía renovables instaladas en un centro de datos. Los bancos de carga también ayudan a probar el sistema de aire acondicionado de un centro de datos, que es vital para mantener los servidores frescos y en funcionamiento, y asegurarse de que funciona correctamente antes de que el centro de datos se ponga en acción.
Conclusión – Desafío energético
Si bien, no se puede negar que el aumento de los grandes datos presenta un gran desafío energético, son los motores de la economía digital y sería casi imposible para las empresas modernas funcionar sin ellos.
Si se asegura que los recursos renovables cuentan con la tecnología para proporcionar una generación de energía más sostenible, es posible que el mundo continúe beneficiándose de la gran cantidad de datos que se crean, mientras se minimiza su impacto en el medio ambiente.
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