Estados Unidos y Canadá tienen mucho que colaborar en el campo de la energía nuclear, y parece que están haciendo un buen trabajo. Cada país está estudiando los diseños de los reactores del otro y cada uno ha financiado o decidido revisar algunos de los de ambos países.
Ontario Power Generation (OPG) acaba de seleccionar el pequeño reactor modular (small modular reactor, SMR, por sus siglas en inglés) BWRX-300 de la empresa estadounidense GE Hitachi como primer SMR comercial de Canadá a escala de red para su central nuclear de Darlington.
Y recientemente, el Departamento de Energía de EE.UU. concedió una subvención de 3 millones de dólares a la empresa canadiense Terrestrial Energy para apoyar la concesión de licencias y la comercialización de su reactor integral de sales fundidas (IMSR), una central nuclear de cuarta generación. Esta subvención, la más importante de las concedidas por el DOE el pasado otoño, sirve para la modelización y simulación de los sistemas de gases de la central IMSR, y respalda el programa normativo de la empresa para obtener la licencia de la NRC estadounidense.
En 2020, el gobierno canadiense también invirtió 15 millones de dólares de fondos federales para acelerar el desarrollo de la central IMSR de Terrestrial Energy.
Terrestrial Energy pretende derribar el mito de que las centrales nucleares deben ser los tradicionales reactores refrigerados por agua. Su IMSR de Generación IV funciona a 700°C, 375°C más caliente que los reactores nucleares convencionales, y lleva la eficiencia térmica neta al 44%. Se trata de un nivel de eficiencia casi un 50% superior al de las centrales nucleares convencionales y reduce considerablemente los costes de generación de electricidad.
Al igual que todos los SMR, el IMSR de TE, una vez comercializado y autorizado, produciría energía eléctrica sin emisiones y tendría una impresionante capacidad de seguimiento de la carga, características muy apreciadas por las compañías eléctricas que trabajan para equilibrar la variabilidad de la energía eólica y solar con las cargas de la demanda.
Una de las ventajas del calor de alta temperatura de una planta IMSR es que se suministraría como una mezcla de sales fundidas mediante un bucle de tuberías de bajo coste, utilizando un método que ya se utiliza en la actualidad.
Como resultado, la central IMSR puede sustituir a los combustibles fósiles en la producción de hidrógeno y amoníaco, en el procesamiento químico y en nuevas aplicaciones como los combustibles sintéticos limpios para el transporte.
Hoy en día hay muchas aplicaciones industriales que dependen casi por completo de los combustibles fósiles para obtener energía térmica: el sector industrial es responsable de la friolera de un 30% de las emisiones y se ha resistido a los intentos de llegar a ser neto cero.
Noticia tomada de: Forbes/ Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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