Camboya, que depende en gran medida de la energía hidroeléctrica, ha sido testigo de la escasez de energía debido a la reducción de la generación de energía hidroeléctrica a causa de las corrientes de aire y el descenso del nivel del agua en las presas.
El reciente plan decenal del país ha dado poco impulso a la construcción de presas principales y a la búsqueda de fuentes alternativas para satisfacer la demanda de electricidad a partir del carbón, el GNL, la energía solar fotovoltaica y las importaciones de los países vecinos.
Alrededor del 83% de la nueva capacidad de generación construida entre 2020 y 2030 será a partir de carbón (56%) y de energía solar fotovoltaica (27%), mientras que es probable que la energía hidroeléctrica (8%) y el petróleo (9%) representen el resto de la nueva capacidad, afirma GlobalData, una importante empresa de datos y análisis.
Ankit Mathur, Jefe de Prácticas de Energía de GlobalData, dice: “Camboya había considerado predominantemente la energía hidroeléctrica para satisfacer sus necesidades de energía. La energía hidroeléctrica representó el 58% (casi) de la generación en 2018, disminuyendo en un 45% (aproximadamente) de la generación en 2019. Las sequías de 2019 habían reducido considerablemente la proporción de energía hidroeléctrica en la mezcla de generación de la nación, lo que obligó a optar por fuentes alternativas para apoyar la mezcla de generación y evitar esas circunstancias imprevistas”.
El río Mekong ofrece un gran potencial para el desarrollo de la energía hidroeléctrica en el país. Sin embargo, el desarrollo ha encontrado una fuerte oposición de los ambientalistas por un posible daño a las pesquerías y las tierras de cultivo próximas a la cuenca.
El gobierno está dispuesto a invertir en la expansión y mejora de la infraestructura eléctrica. Se estima que la actual red de transmisión y distribución se ampliará probablemente a una tasa de crecimiento anual compuesta (TCCA) del 11,8% hasta 2025, casi duplicando la longitud de la línea de transmisión con respecto a la actual. Es probable que esta expansión alivie los problemas de transmisión y distribución y apoye la nueva capacidad creada.
La reciente aprobación por parte de Camboya de proyectos de infraestructura eléctrica por un valor de más de 830 millones de dólares, incluido un proyecto hidroeléctrico de 150 MW, una central de carbón de 265 MW y tres líneas de transmisión, marca claramente el límite para un menor desarrollo hidroeléctrico y la concentración en fuentes alternativas.
El país busca construir una combinación de generación sostenible que apoye la expansión de la red nacional y recorte los precios de la electricidad con menores importaciones. El aumento de las expansiones de las centrales eléctricas a base de carbón y de GNL sugiere que el país depende en gran medida del combustible y la electricidad importados y seguirá haciéndolo hasta que los proyectos de infraestructura alineados se materialicen completamente.
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