Los precios del cobre ha venido cayendo durante la primera semana de octubre después de que Estados Unidos anunciara aranceles sobre algunos bienes europeos, lo que se suma al temor de que la desaceleración económica mundial se profundice, lo que ha debilitados la demanda del metal.
La medida de imposición de aranceles por parte de EE.UU. a bienes procedentes de Europa es consecuencia de subsidios ilegales a aeronaves de la Unión Europea, e incluye productos alimenticios y los aviones de la compañía Airbus.
La medida se produce en medio de una disputa comercial entre Estados Unidos y China que ha impuesto aranceles a cientos de miles de millones de dólares en productos, lo que ha afectado desfavorablemente a la economía global.
El cobre de referencia (Benchmark) en la Bolsa de Metales de Londres (London Metal Exchange, LME, por sus siglas en inglés) bajó el viernes 4 de octubre un 0.4 % a US$ 5,635 por tonelada.
Figura 1. Cotización del cobre durante 2019 (US$ / tonelada)
El metal, que es utilizado en energía y construcción, y que durante mucho tiempo ha sido visto como un punto de verificación para la economía mundial debido a su amplia gama de usos industriales, ha caído más del 20 % desde los máximos de junio de 2018.
El cobre y la actividad manufacturera mundial
Los datos publicados en lo que va de este mes apuntan a un deterioro en la actividad manufacturera global a medida que se mantiene la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
Las encuestas de esta semana mostraron que la actividad manufacturera de los EE.UU. cayó a un mínimo de más de 10 años en septiembre, mientras que en la zona euro el sector alcanzó el mínimo en casi siete años.
Debido a que el cobre se usa en casi todos los proyectos de construcción y fabricación de electrodomésticos, su cotización puede ofrecer información comparativa con respecto a otros commodities y materias primas.
Esta referencia suministrada por la cotización del cobre hace que vender el metal sea la respuesta predeterminada para los inversores que tienen opiniones bajistas respecto sobre el crecimiento económico mundial y en particular el de China, el mayor consumidor mundial de cobre.
Citigroup estima que la demanda de cobre crecerá solo un 0.2 % en 2019, debido a un menor gasto en redes eléctricas y una caída en las ventas de automóviles.
Expectativas en el mercado para la industria del cobre
Muchos analistas e inversores son optimistas sobre el cobre a largo plazo, argumentando que jugará un papel clave en el cambio hacia una economía baja en carbono.
Una turbina eólica capaz de generar un megavatio de energía, suficiente para abastecer a 500 hogares, requiere más de tres toneladas de cobre. El metal también se necesita en las baterías de iones de litio que alimentan los vehículos eléctricos, así como en sus motores, inversores y puntos de carga.
Al mismo tiempo, es cada vez más difícil para los mineros encontrar grandes proyectos de cobre de alto grado y la industria del cobre de hoy todavía depende en gran medida de los descubrimientos y desarrollos que fueron realizados hace varias décadas.
Es por estas razones que los analistas esperan que se abra una brecha enorme entre la oferta y la demanda a mediados de la próxima década a menos que se pongan en marcha nuevos proyectos.
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