BP ha sido una compañía petrolera durante más de un siglo, y en agosto pasado presentó la estrategia para transformar su negocio medular de producir recursos basados en petróleo y convertirse en una empresa de energía integrada enfocada ofrecer soluciones energéticas.
En los próximos años, la compañía se enfocará en reducir su portafolio de petróleo, gas y refinación, a la par que va a ampliar significativamente el negocio de energía baja en carbono y transformará sus ofertas de movilidad y servicios.
Poco tiempo ha pasado desde estos anuncios, y ya la empresa ha ofrecido una muestra de lo que eso podría significar en la práctica.
La gigante británica informó que está comprando dos parques eólicos sin desarrollar en las aguas de Nueva York y Massachusetts, su primera incursión en el pujante sector eólico offshore.
BP pagará US$ 1,100 millones a su homólogo noruego Equinor por la mitad de sus proyectos eólicos Beacon y Empire, que se espera comiencen a producir energía a mediados de la década de 2020.
Las empresas pueden incluso formar una sociedad para “perseguir colectivamente diferentes alternativas offshore dentro del mercado estadounidense de rápido crecimiento”.
Lo que representa esta inversión para BP
La transferencia de participación en los proyectos es una señal de la intención de los planes de bajas emisiones de carbono de BP y es un ejemplo palpable de cómo la empresa planea cumplir con su ambición de promover paquetes de energía incorporados con bajas emisiones de carbono para corporaciones y ciudades.
No es de extrañar que BP esté comprando directamente en un megaproyecto compartido. Muchas iniciativas masivas de exploración de petróleo y combustible son emprendimientos grupales, este es un método que distribuye los potenciales riesgos.
Una asociación para unir la experiencia de ambas compañías (compra y venta de BP, energía eólica offshore de Equinor) es muy poco común. Es similar a los preparativos de BP con su socio en el sector de energía solar, Lightsource BP. Una distinción clave es que BP tiene una participación del 50% en Lightsource, mientras que no hay participaciones cruzadas dentro del acuerdo de Equinor.
BP también está interesada en el tamaño ya que tiene un objetivo realmente ambicioso de desarrollar su capacidad de producción renovable de 2.5 GW a 50 GW para 2030.
Los 2 parques eólicos dentro del acuerdo de Equinor podrían tener una capacidad total de 4.4 GW en las 2 iniciativas una vez estén completados.
Se pueden requerir muchas ofertas adicionales para cumplir con los objetivos de BP. Dada la falta de experticia en el área de BP, y la energía eólica siendo cada vez más popular, esto pudiese ser costoso.
La inversión de BP en los activos de Equinor no representa una gran parte de su gasto de capital anual. Suponiendo que los US$ 1.1 mil millones se distribuyen por igual en cada parque eólico, la compra de BP aumenta el rendimiento de Equinor sobre el proyecto Empire del 11% al 16%. Mientras que, en conjunto (Empire y Beacon) la financiación de la empresa, según Citi, el rendimiento de BP se acerca al 9%.
Equinor, antes conocido como Statoil, fue uno de los primeros en avanzar en la transición hacia las energías bajas en carbono, mientras que BP fue un rezagado con respecto a los requisitos europeos.
Royal Dutch Shell también ha estado invirtiendo en energías limpias desde hace unos años. Ahora el interés de BP de una transición corta puede tener su precio, aunque también puede lograr a partir de una fracción más de legibilidad sobre cómo podría parecer el cambio.
No hay respuestas fáciles al enigma de la transición a la energía limpia para las grandes petroleras, estas empresas corren riesgos “normales” al invertiré capital en el descubrimiento de nuevas reservas de petróleo que, en última instancia, pueden resultar fallidas. Mientras que las inversiones en energía verde pueden arrojar ganancias que resulten insignificantes respecto a las que acostumbran las petroleras.
No obstante, la experiencia de BP presenta una lección para las grandes estadounidenses Exxon y Chevron, que aún siguen aportando al petróleo y los combustibles. En caso de que decidan emprender la transición en una fecha posterior, puede que resulte mucho más costosa.
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