El gigante del petróleo BP superó las expectativas de ganancias del segundo trimestre, al tiempo que amplió su dividendo y su programa de recompra de acciones.
El valor de las acciones de BP subió más de un 5%, tras superar las expectativas con un beneficio de US$ 2.800 millones en el 2T-2021, impulsado por la subida de los precios del petróleo y la recuperación de la demanda.
Los buenos resultados, respaldados por el aumento de las ventas en las gasolineras, contribuyeron a disipar la preocupación de los inversores por el plan de BP de abandonar el petróleo y el gas y sustituirlo por energías renovables y de bajo carbono para combatir el cambio climático.
El aumento del 4% del dividendo, hasta 5,46 centavos por acción, junto con la recompra de acciones por valor de US$ 1.400 millones en los próximos tres meses, hizo que las acciones de BP subieran un 5,6% a las 1130 GMT, superando a sus homólogas Royal Dutch Shell y TotalEnergies, que subían más de un 2%.
La recompra de acciones en el tercer trimestre será gracias a un excedente de efectivo de US$ 2.400 millones acumulado en la primera mitad del año.
Los resultados financieros de BP llegan tras un periodo de precios más altos de las materias primas y luego de transcurrido 12 meses que BP ha descrito como “un año como ningún otro” para los mercados energéticos mundiales.
La compañía energética registró un beneficio subyacente de US$ 2.800 millones en todo el año, que se utiliza como indicador del beneficio neto. Esto se compara con una pérdida de US$ 6.700 millones en el mismo periodo del año anterior y un beneficio neto de US$ 2.600 millones en el primer trimestre de 2021.
BP superó las expectativas en 35% ya que los analistas encuestados por Refinitiv esperaban un beneficio neto en el segundo trimestre de US$ 2.060 millones.
El flujo de caja operativo se situó en US$ 5.400 millones al final del segundo trimestre, lo que incluye el pago anual de unos US$ 1.200 millones que la empresa realiza por el vertido de petróleo en el Golfo de México en 2010.
Mientras tanto, la deuda neta se redujo a US$ 32.700 millones desde los 33.300 millones del primer trimestre, lo que supone el quinto trimestre consecutivo de disminución de la deuda desde los 51.000 millones del primer trimestre de 2020.
El director ejecutivo, Bernard Looney, dijo el martes a la CNBC que la combinación de un sólido rendimiento subyacente, la mejora del balance y la subida de los precios de las materias primas habían permitido a la empresa aumentar su rentabilidad para los accionistas.
Looney agregó que unos resultados más sólidos y una mejora de las perspectivas permitirían a la empresa seguir adelante con el cambio hacia una energía más limpia.
Los resultados reflejan una tendencia más amplia en el sector del petróleo y el gas, ya que las grandes empresas energéticas tratan de asegurar a los inversores que han conseguido una base más estable en medio de la pandemia de coronavirus.
Las acciones de BP comenzaron la sesión del martes con una subida de casi el 15% en lo que va de año, tras haberse desplomado aproximadamente un 47% en 2020. Las acciones de la compañía sumaron un 2,3% más en las primeras operaciones del martes.
Un año después del anuncio de su revisión estratégica, anunciada en agosto de 2020, la empresa destacó que había construido un oleoducto de energía renovable de 21 gigavatios y puesto en marcha ocho grandes proyectos de petróleo y gas.
BP también elevó sus previsiones de producción en el tercer trimestre, citando la finalización de la actividad de mantenimiento estacional y la puesta en marcha de grandes proyectos.
Bernard Looney declaró a la CNBC que los ocho nuevos proyectos, junto con el ahorro de costos facilitado por la importante reestructuración de BP, que supuso la reducción de más de 6.000 puestos de trabajo, impulsarían la eficiencia de la producción.
La británico-holandesa Royal Dutch Shell, la francesa TotalEnergies y la noruega Equinor anunciaron la semana pasada planes de recompra de acciones y aumentaron la rentabilidad de sus accionistas, como reflejo de la recuperación del impacto de la pandemia en la demanda energética.
Sin embargo, los precios de las acciones de las mayores petroleras y gasistas del mundo aún no reflejan la mejora de los beneficios, y el sector sigue enfrentándose a una serie de incertidumbres y desafíos.
Perspectivas más sólidas
BP dijo que ha aumentado su previsión de precios para el crudo Brent de referencia hasta 2030 para reflejar las limitaciones de suministro previstas, al tiempo que ha rebajado su previsión de precios a más largo plazo porque espera una aceleración de la transición a las energías renovables.
En consecuencia, la empresa ha aumentado el valor antes de impuestos de sus activos en US$ 3.000 millones, después de que el año pasado realizara una rebaja de más de US$ 17.000 millones.
La petrolera británica dijo que, con un precio del petróleo de 60 dólares por barril, espera recomprar alrededor de US$ 1.000 millones en acciones por trimestre y un aumento anual del dividendo del 4% hasta 2025.
Precios más sólidos del crudo
Los futuros del crudo Brent, de referencia internacional, subieron hasta una media de 69 dólares por barril en el segundo trimestre, frente a una media de 61 dólares en los tres primeros meses del año.
Los futuros del Brent cotizaban el martes por la tarde a unos 72,48 dólares por barril.
Los precios del petróleo han repuntado hasta alcanzar máximos de varios años en los últimos meses y las tres principales agencias de previsión del mundo, la OPEP, la Agencia Internacional de la Energía y la Administración de Información Energética de EE.UU., esperan ahora que la recuperación impulsada por la demanda se acelere en la segunda mitad del año.
En su informe de referencia Statistical Review of World Energy, publicado el 8 de julio, BP afirma que en las últimas siete décadas la empresa ha sido testigo de algunos de los episodios más dramáticos de la historia del sistema energético mundial. Entre ellos, la crisis del Canal de Suez en 1956, el embargo petrolero de 1973, la revolución iraní en 1979 y el desastre de Fukushima en 2011.
“Todos fueron momentos de gran agitación en la energía mundial”, dijo en el informe Spencer Dale, economista jefe de BP. “Pero todos palidecen en comparación con los acontecimientos del año pasado”.
La crisis de Covid-19 desencadenó un choque histórico en la demanda de petróleo en 2020, y las grandes petroleras soportaron unos 12 meses brutales en prácticamente todos los aspectos.
La pandemia coincidió con la caída de los precios de las materias primas, la evaporación de los beneficios, unas amortizaciones sin precedentes y decenas de miles de recortes de empleo.
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