Uno de los mayores villanos del cambio climático, el carbón, ha obtenido un indulto del gobierno brasileño.
El miércoles, el presidente Jair Bolsonaro sancionó un proyecto de ley para extender la vida de un complejo de energía térmica en el sur del país por 15 años, hasta 2040.
Su administración se refiere a la medida como el “programa de transición energética justa” para la región del carbón del estado de Santa Catarina.
Brasil es un consumidor menor de carbón, que quema en un año lo que China hace en tres días.
Aun así, la aprobación del proyecto de ley es el último ejemplo de un país que no está a la altura de otras grandes economías en lo que respecta al cambio climático. El gabinete de Bolsonaro ha buscado atraer capital extranjero para la exploración petrolera y desarrollar más la región de la selva amazónica.
En un comunicado, la presidencia dijo que tiene como objetivo “preservar las metas de neutralidad de carbono de la economía brasileña hasta 2050, tratando responsablemente los impactos económicos, sociales y ambientales de la eliminación gradual de la actividad minera, en línea con el concepto de Justicia Climática ampliamente debatido en la COP26”.
Sin embargo, las centrales termoeléctricas del complejo generan emisiones anuales de alrededor de 4,43 millones de toneladas al año, y supondrán un coste adicional para los consumidores, según la Asociación de Grandes Consumidores Industriales de Energía y Consumidores Libres.
Noticia tomada de: Bloomberg / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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