El primer intento de Barrick Gold Corp. de construir una mina de cobre en Pakistán se frustró cuando el gobierno le negó los permisos. Una década después, la empresa está haciendo otro intento, mucho más audaz.
La minera, con sede en Toronto, presentó el martes planes revisados para desarrollar el gigantesco yacimiento de cobre y oro de Reko Diq, en una región desértica cercana a las fronteras de Irán y Afganistán. Las acciones de Barrick subieron un 0,7%, hasta 32,33 dólares canadienses, a las 14:05 horas en Toronto.
El diseño conceptual prevé que el proyecto de 7.000 millones de dólares se construya en dos fases, cada una de las cuales podrá procesar unos 40 millones de toneladas métricas de mineral al año y la producción comenzará tan pronto como en 2027, dijo Barrick en una presentación en su sitio web. El último plan supone el doble de la capacidad de producción anual y más del doble de la inversión estimada en un estudio de viabilidad de 2010.
Barrick está aumentando sus apuestas en Pakistán, mientras que su socio chileno, Antofagasta Plc, existe el proyecto, prefiriendo jurisdicciones más seguras y cercanas en las Américas.
Entre las razones de Barrick están los jugosos rendimientos: la producción anual de unas 200.000 toneladas de cobre comenzaría justo cuando el mundo se enfrenta a un déficit de una materia prima que es clave para la transición a la energía limpia, dado que se utiliza mucho en los vehículos eléctricos y la energía renovable.
Además, la construcción de minas es cada vez más complicada y costosa en todo el mundo, con un riesgo político creciente, incluso en países tradicionalmente más seguros como Chile y Perú. En consecuencia, Pakistán parece relativamente menos arriesgado, justo cuando un nuevo primer ministro centrista toma posesión de su cargo.
Pakistán es ahora un socio al 50% en Reko Diq, un tipo de acuerdo que Barrick también tuvo que adoptar en Papúa Nueva Guinea, y que da a las naciones anfitrionas un interés más directo en que los proyectos tengan éxito. Barrick planea una actualización completa del estudio de viabilidad de Reko Diq tras el acuerdo del mes pasado con Pakistán.
El enfoque de Barrick en dos fases en el diseño conceptual ofrece a la empresa una forma de acelerar la primera producción al tiempo que se minimiza el riesgo. Una primera fase de 4.000 millones de dólares abarcaría la trituración inicial, la molienda y el circuito de flotación, con una producción prevista para 2027-2028. Una segunda fase de 3.000 millones de dólares abarcaría un circuito paralelo que se pondría en marcha en más de cinco años tras el inicio de la primera fase.
El último diseño muestra una vida útil de la mina de más de 40 años, en comparación con los 56 años identificados en el estudio de 2010 que fijaba los costes iniciales en 3.300 millones de dólares.
Barrick también ve el proyecto en el suroeste de Baluchistán como “un trampolín para la exploración adicional y otros descubrimientos minerales a lo largo del altamente prospectivo Cinturón Metalogénico de Tethyan”.
La empresa espera cerrar un acuerdo definitivo con Pakistán en el segundo semestre y completar la actualización de la viabilidad en 2023-2024. Mientras tanto, Barrick y sus socios están tratando de conseguir una financiación con recurso “limitado” para la primera fase.
Noticia tomada de: MINING / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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