El nuevo objetivo representa un aumento significativo del compromiso con el Acuerdo de París de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 26-28% respecto a los niveles de 2005 para 2030.
El objetivo de cero emisiones reúne los planes existentes para una transformación significativa de la economía energética de Australia, reduciendo los costes de las tecnologías de bajas emisiones y permitiendo su despliegue a escala, al tiempo que se sigue exportando carbón y gas natural más allá de 2050.
El Plan ofrece una clara orientación gubernamental y se basa en los objetivos anunciados de cero emisiones netas para 2050 a más tardar por todos los estados y territorios y por un número creciente de empresas en Australia.
AGL Energy, EnergyAustralia y Origin Energy, tres de las cuatro principales empresas australianas emisoras de gases de efecto invernadero, han anunciado sus objetivos de cero emisiones netas para 2050.
Además, más de 43 empresas australianas se han comprometido con RE100, incluidos los cuatro grandes bancos de Australia, y han pedido al gobierno australiano que aumente el papel de las energías renovables en la combinación energética del país.
Llegar a una trayectoria de emisiones netas cero en 2050 sólo puede lograrse mediante una importante reestructuración de la economía energética de Australia. En 2020, Australia emitió 498 millones de toneladas métricas (MMt) de dióxido de carbono equivalente (CO2e), lo que supone un descenso del 20% con respecto a los niveles de 2005, convirtiéndose en el decimoséptimo mercado mundial por emisiones.
La generación de energía es la mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero, con un 30% del total de emisiones de Australia en 2020, seguida por el metano que procede principalmente de la producción de hidrocarburos (19%) y el transporte (19%).
Las energías renovables son fundamentales para descarbonizar el sector eléctrico, mientras que la captura y el almacenamiento de carbono (CAC) y la compensación de emisiones serán necesarios para continuar con la producción de recursos de hidrocarburos. Además, las enormes distancias que separan a los principales centros de población de Australia exigirán una planificación estratégica para descarbonizar el sector del transporte.
Desafíos en la descarbonización del sector eléctrico australiano
En la actualidad, el sistema energético australiano depende en gran medida de la generación con carbón, pero la próxima retirada de un parque envejecido dará lugar a un cambio significativo en la combinación de generación del país.
En 2020, el 54% de la electricidad producida procedía de la generación con carbón, el 21% de la generación con gas, el 2% del petróleo y el 18% de la energía eólica y solar fotovoltaica
. La retirada de la capacidad de carbón sólo puede lograrse con la inversión en nueva capacidad de refuerzo. Además, los sistemas de red existentes se diseñaron y establecieron sobre la base de la estructura de energía térmica centralizada, y la capacidad de generación renovable adicional requerirá mejoras significativas en los sistemas de transmisión.
Australia utiliza tanto lignito como lignito (bituminoso) para la generación de electricidad, y el factor de emisión (CO2e por unidad de electricidad generada) del lignito es más de un 35% mayor que el del lignito y las centrales de gas con turbinas de gas de ciclo abierto (OCGT), que representan el 70% de la capacidad operativa de gas de Australia.
El aumento de los costes de explotación y renovación y el descenso de los precios al por mayor, gracias a la mayor competencia con la generación de bajo coste, acelerarán probablemente las retiradas de carbón.
Más allá de la electrificación: El papel del gas bajo en carbono
La Estrategia Nacional de Hidrógeno de Australia de 2019, respaldada por la Hoja de Ruta de Inversión Tecnológica, establece el objetivo de que la nación se convierta en un proveedor mundial de hidrógeno limpio para 2030 y que reduzca los costes de producción para que el hidrógeno limpio sea económicamente competitivo con los métodos actuales de producción de hidrógeno. Los abundantes recursos renovables de Australia darán al país una ventaja competitiva como productor de hidrógeno y amoníaco ecológicos.
Los gobiernos federal y estatal están apoyando el desarrollo de un mercado de demanda nacional para acelerar la rápida expansión de la cadena de suministro de hidrógeno a través de centros regionales de hidrógeno y agrupaciones tecnológicas dirigidas por la industria para sentar las bases de una industria de exportación. Uno de los principales retos para convertirse en proveedor mundial será reducir los costes de transporte del hidrógeno limpio para que sea competitivo con los costes de producción locales basados en las energías renovables.
Implicaciones para los exportadores de GNL
Las decisiones que tome Australia en su estrategia hacia un futuro con menos emisiones tendrán grandes implicaciones para las empresas energéticas a nivel mundial. Australia superó a Qatar en 2019 como el mayor exportador de GNL del mundo, con aproximadamente el 20% de la capacidad global de licuefacción.
En respuesta a la pandemia de COVID-19, el gobierno federal ha propuesto un plan de recuperación económica impulsado por el gas para ofrecer un suministro de gas más asequible y más sostenible para apoyar el crecimiento de la fabricación, manteniendo al mismo tiempo la posición de uno de los principales exportadores de GNL. Además, el plan pretende seguir sirviendo a los mercados de exportación tradicionales sin reducir la competitividad, al tiempo que crea oportunidades en la exportación de GNL limpio mediante la CAC y las compensaciones.
Los compradores de GNL se han vuelto cada vez más sensibles a sus emisiones de GEI, lo que ha llevado a los proveedores a reevaluar las opciones de descarbonización para sus cargamentos de GNL.
Las emisiones de GEI de cada cargamento individual varían significativamente, con estimaciones de emisiones que oscilan entre las 220.000 toneladas métricas de CO2e y las 300.000 toneladas métricas de CO2e para toda la cadena de valor, lo que añade un coste adicional a la producción y venta global de GNL neutro en carbono.
El coste adicional podría ser asumido por los proveedores para asegurar la cuota de mercado, por los compradores que pretenden proporcionar un suministro bajo en carbono a los usuarios finales, o por ambos.
El mercado del GNL neutro en carbono sigue siendo bastante pequeño, pero se espera que se convierta en una parte creciente del negocio. Las partes involucradas en el comercio de GNL neutro en carbono pueden esperar completar una importante diligencia debida para verificar las emisiones y las compensaciones.
Muchos compradores buscan la transparencia, y el GNL neutro en carbono es más complejo que la simple compra de compensaciones. Es posible que se necesiten normas y definiciones sobre la medición de las emisiones antes de que pueda expandirse el comercio de GNL neutro en carbono a través de compensaciones.
Más información en: IHS MARKIT / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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