La demanda combinada de gas de Argentina y Brasil, que aumentará cerca de 20% para 2025, enfrenta un desafío ante la caída del suministro procedente de Bolivia. En este caso no solo necesitarán reemplazar los volúmenes de importación perdidos, sino que también deberán compensar el mayor déficit de suministro ya que la producción nacional será insuficiente, según un informe de Rystad Energy.
Rystad Energy estima la demanda de gas de Argentina en 2020 en 52.5 Bcm y la de Brasil en 24 Bcm. Se prevé que la demanda de Argentina crecerá a 60 Bcm y la de Brasil a 29.6 Bcm para 2024.
Los dos países aumentarán su demanda combinada de gas a 90 mil millones de metros cúbicos (Bcm) en 2025 desde un estimado de 76.5 Bcm en 2020.
Déficit en la producción interna
La situación ante el mayor déficit en el suministro boliviano se ve acentuada debido a que oferta interna de argentina y Brasil está muy rezagada respecto de la demanda.
El suministro propio de Brasil se estima en solo 20.1 Bcm para 2020 y el de Argentina en 42.2 Bcm, lo que se traduce en un suministro combinado de 62.3 Bcm, esta cifra es 14.2 Bcm por debajo de los niveles de demanda de este año.
La brecha solo se ampliará en 2025, ya que la oferta combinada aumentará a 72 Bcm, creando una necesidad de importación de 18 Bcm adicionales para satisfacer la demanda.
Actualmente, las exportaciones de gas boliviano a Argentina y Brasil se estiman en 9 Bcm combinados para 2020. Se espera que la disminución de la producción de gas de Bolivia y el aumento de la demanda interna impulsen las exportaciones a sus dos vecinos a solo 3 Bcm en 2025, un tercio de los niveles actuales.
Esto significa que, en 2025, las dos potencias económicas de América del Sur todavía necesitarán obtener 15 Bcm adicionales de gas, probablemente gas natural licuado (GNL).
¿Por qué están disminuyendo las exportaciones bolivianas?
Los campos maduros de Bolivia y la ausencia de nuevos descubrimientos han contribuido a la disminución de la producción en casi un 25% durante 2019. En ese año, Brasil y Argentina importaron cerca del 70% del gas producido.
En 2014, Bolivia registró su mayor producción de gas, desde entonces la producción del país se ha desplomado.
Otro factor que ha afectado el suministro de gas boliviano ha sido la falta de inversión en el sector de hidrocarburos. En 2019, el país anunció una reducción del 30% en sus reservas de gas de los 280 Bcm estimados previamente a 200 Bcm.
Esto condujo a una disminución de las exportaciones en aras de satisfacer su creciente demanda de gas. La baja oferta, junto con la reciente inestabilidad política, ha llevado a los importadores a evitar contratos a largo plazo en el país.
Figura 1. Proyecciones de demanda de gas de Argentina y Brasil
Los escenarios para Argentina y Brasil
A pesar de que Argentina y Brasil tienen grandes recursos de gas, la falta de interconexiones de gasoductos y las bajas inversiones plantean obstáculos para satisfacer la creciente demanda interna.
Esto, junto con las menores exportaciones de gas de su socio comercial tradicional Bolivia, ha desencadenado la necesidad de un aumento significativo de las importaciones de GNL, dice Rahul Choudhary, analista upstream de Rystad Energy.
Ambas naciones poseen grandes recursos de gas propios; en Brasil, esto es en forma de gas asociado costa afuera, mientras que en Argentina ocurre en forma de gas de esquisto.
Sin embargo, el desarrollo de estos recursos requiere tiempo, especialmente dada la infraestructura limitada y los altos costos de desarrollo. Por lo tanto, en el actual entorno de precios bajos, el GNL ofrece una alternativa más económica, dada la suficiente infraestructura de importación que ya existe en la región.
Brasil se ubicará en el centro de la demanda de GNL en América Latina durante los próximos años, ya que el país espera que el gas natural juegue un papel más importante en la generación de energía.
Actualmente, el país cuenta con tres unidades de regasificación en funcionamiento con una capacidad total anual de alrededor de 15 Bcm. Se espera que esta capacidad crezca a medida que los tres nuevos proyectos que se encuentran en etapas avanzadas de desarrollo agregen una capacidad total estimada de 15 Bcm.
Argentina también está buscando reforzar su capacidad de importación de GNL, aumentando su capacidad de regasificación en 6 Bcm en su terminal de GNL existente.
Además de Brasil y Argentina, Chile y Uruguay también tienen cada uno una terminal de regasificación de GNL que entrará en funcionamiento en un futuro.
Los precios del GNL
En Latinoamérica, los precios del GNL se han vuelto más competitivos en comparación con el gas importado por gasoducto. Desde 2019, los precios del GNL importado en Brasil han sido más bajos que el gas producido en el país, así como el gas importado de Bolivia.
En 2019, el precio del gas importado de Bolivia promedió US$ 8 por mil pies cúbicos (kcf), mientras que los costos de importación de GNL promediaron US$ 5.50 por kcf.
En 2020, el gas boliviano estuvo bajo una presión significativa ya que los precios del GNL cayeron a menos de US$ 4 por kcf, mientras que los precios bolivianos se mantuvieron por encima de US$ 7 por kcf.
Aunque se espera que los precios del GNL aumenten con la recuperación de la demanda mundial posterior a la pandémica, es probable que se mantengan muy por debajo de los precios del gas boliviano importado en el futuro.
Los contratos de suministro
El contrato de Bolivia con Petrobras para suministrar un mínimo de 9 Bcm de gas anualmente expiró en diciembre de 2019. La empresa estatal Petrobras firmó un acuerdo de extensión en 2020 con Bolivia, pero solo después de recortar el volumen mínimo original contratado en un 60% a solo 3.6 Bcm.
Las importaciones de Argentina de gas boliviano son a través de gasoducto, bajo un contrato de suministro que vencerá en 2026. Sin embargo, Argentina tampoco está muy inclinada a comprar gas boliviano en el futuro, ya que planea revitalizar su producción nacional.
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