Angola, miembro de la OPEP, fue el primer productor de petróleo de África hace seis años, cuando los precios del petróleo se desplomaron en 2015-2016, recortando los ingresos de los países productores y obligando a las compañías petroleras internacionales a reconsiderar sus exorbitantes planes de gasto realizados a 100 dólares de petróleo.
Media década después del desplome de los precios que comenzó en 2014, Angola es ahora el tercer mayor productor de petróleo de África, por detrás de Nigeria e incluso por detrás de la conflictiva Libia.
Angola apuesta ahora por reactivar su industria petrolera y poner en marcha su economía dependiente del petróleo, que lleva cinco años consecutivos en recesión.
Además de atraer inversiones en el sector petrolífero, Angola pretende vender hasta el 30% de su empresa petrolera estatal Sonangol el año que viene, tras reestructurar la compañía para crear más transparencia y erradicar la corrupción.
Se estima que la participación en Sonangol tiene un valor de unos 6.400 millones de dólares, según declaró a Bloomberg Baltazar Miguel, miembro del consejo de administración de Sonangol.
La privatización parcial de Sonangol, así como una participación en la empresa nacional de diamantes Endiama, forman parte de un programa de privatización mucho más amplio que el productor de petróleo de la OPEP ya ha puesto en marcha.
Se espera que los ingresos de la venta, para finales de 2022, de las participaciones en cerca de 195 empresas estatales, entre ellas Sonangol, Endiama, los bancos y la aerolínea nacional TAAG, sirvan para apuntalar las finanzas del gobierno y reactivar la economía, que ha estado sufriendo desde 2014.
Angola seguía luchando por recuperarse de la anterior crisis del petróleo cuando la crisis de 2020 afectó al mercado petrolero, a los precios del petróleo y a los planes de las empresas en materia de gastos de capital.
La producción de petróleo en Angola
La economía angoleña, en la que la producción de petróleo y las actividades de apoyo representan el 50% del producto interior bruto y alrededor del 89% de las exportaciones, entró en recesión en 2015. Cinco años después, aún no ha salido de esa recesión.
En 2020, Angola fue una de las economías productoras de petróleo más afectadas, ya que los bajos precios del petróleo y la menor producción a causa del pacto OPEP+ redujeron los ingresos petroleros, mientras que su moneda, el kwanza, se ha depreciado aún más frente al dólar estadounidense.
La producción de petróleo de Angola estaba disminuyendo incluso antes de que el acuerdo de la OPEP+ le hiciera reducir su producción, ya que el productor africano estaba compitiendo por proyectos de desarrollo de menor coste con otras cuencas de aguas profundas como Brasil y últimamente Guyana, con las que perdía.
En 2015, la producción de crudo de Angola era de 1,8 millones de barriles por día (bpd). Esta cifra se ha reducido a 1,247 millones de bpd en 2020, no solo por los recortes de la OPEP+ en los que participa el país.
Angola necesitará inversiones extranjeras y gubernamentales para descubrir hasta 57.000 millones de barriles de crudo en 2025, según una nueva estrategia energética que dio a conocer el año pasado. El regulador angoleño ANPG publicó una previsión de la producción de petróleo de los yacimientos existentes, que mostraba que, tras alcanzar un máximo en 2008 de casi 2 millones de bpd, la producción de petróleo de Angola disminuiría continuamente a medida que los yacimientos maduren, hasta situarse ligeramente por encima de los 500.000 bpd en 2028, si no se realizan nuevos descubrimientos.
Las grandes compañías europeas Total y Eni continúan con sus actividades de perforación y desarrollo en Angola, pero esto puede no ser suficiente para un cambio importante en la producción de petróleo, ya que los yacimientos maduros se están agotando. A principios de este mes, Eni anunció un nuevo descubrimiento de petróleo ligero en las aguas profundas de Angola, buscando oportunidades de exploración cerca de la infraestructura existente, lo que sugiere que pretende mantener los costes de desarrollo bajos.
Un entorno regulatorio estable y el uso inteligente de los ingresos del programa de privatización en curso podrían ser la mejor apuesta de Angola para reactivar su alicaída economía, que no ha visto el crecimiento desde 2015.
Este año, se prevé que la economía angoleña se expanda, aunque solo un 0,4%, por primera vez en seis años, según indicó el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su informe Outlook Económico Regional para el África Subsahariana a principios de este mes.
“Esta última proyección se ha revisado a la baja de forma significativa desde octubre debido al retraso de las inversiones y el mantenimiento en el sector petrolero”, señaló el FMI.
Noticia tomada de: OilPrice / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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