La mayor empresa química del mundo, BASF, con sede en Alemania, recortará 2.600 empleos y cerrará algunas plantas debido a los elevados costos de la energía en Europa, que han lastrado las operaciones y la rentabilidad durante el último año.
En 2022, los beneficios operativos del Grupo BASF se vieron afectados por unos costos energéticos adicionales de 3.400 millones de dólares (3.200 millones de euros) en todo el mundo, según informó la empresa el viernes.
Europa representó alrededor del 84% del aumento de los costos energéticos, que afectó sobre todo a la planta de Verbund en Ludwigshafen. El aumento del costo del gas natural supuso el 69% del incremento global de los costos energéticos, añadió BASF.
“La competitividad de Europa se resiente cada vez más del exceso de regulación, la lentitud y la burocracia de los procesos de concesión de permisos y, en particular, los elevados costos de la mayoría de los factores de producción”, dijo el presidente ejecutivo de BASF, Martin Brudermüller, en un comunicado sobre los resultados de 2022 y las perspectivas para 2023.
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“Todo esto ya ha obstaculizado el crecimiento del mercado en Europa en comparación con otras regiones. Los elevados precios de la energía suponen ahora una carga adicional para la rentabilidad y la competitividad en Europa”, dijo Brudermüller.
Para hacer frente a los altos costos, BASF pondrá en marcha un programa de ahorro de costos, que conllevará la pérdida de 2.600 puestos de trabajo, es decir, el 2% de la plantilla de la empresa, sobre todo en Alemania.
En Alemania se cerrarán algunas fábricas y unidades en instalaciones. El programa de ahorro de este año y el próximo se centrará en ajustar las estructuras de costos de BASF en Europa, y en particular en Alemania, para reflejar el cambio de las condiciones marco, según la empresa.
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Alrededor de la mitad del ahorro previsto de 530 millones de dólares (500 millones de euros) en áreas no relacionadas con la producción, como servicios y corporativo, corresponderá al centro de Ludwigshafen en Alemania.
En Ludwigshafen, BASF cerrará la planta de caprolactama, una de las dos plantas de amoniaco y las instalaciones de fertilizantes asociadas, reducirá la capacidad de producción de ácido adípico y cerrará las plantas de ciclohexanol y ciclohexanona, así como la de carbonato sódico.
El detallado programa de ahorro de costos presentado hoy sigue a la advertencia de BASF de octubre de 2022 de que buscaría medidas permanentes de ahorro de costos en Europa debido a los altos precios de la energía que ponen en peligro su competitividad.
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