En Alemania, los socios de la coalición, incluidos los Verdes, estudian la posibilidad de prolongar la vida de la central de energía nuclear Isar 2 más allá de su fecha de cierre a finales de año
Alemania se está replanteando su plan de abandonar la energía nuclear a finales de año, mientras aumenta la preocupación de que las medidas de Rusia para cortar el suministro de gas puedan provocar una crisis eléctrica en invierno en la mayor economía de Europa.
Giro de 180 grados en Alemania
Un giro de 180 grados en la energía nuclear supondría un gran cambio en la política energética alemana. Sería un trago especialmente amargo para los Verdes, un pilar del gobierno de coalición del canciller Olaf Scholz que tiene sus raíces en el movimiento antinuclear del país.
Una persona cercana a la dirección de Los Verdes dijo que el partido había llegado a la conclusión de que “todas las opciones deberían estar sobre la mesa” en caso de una crisis energética. Una de esas opciones podría ser prolongar la vida de la central nuclear Isar 2, en Baviera, más allá de su fecha de cierre, el 31 de diciembre.
La persona dijo que la prórroga sólo sería de unos meses, y cualquier decisión dependería de los resultados de una prueba de resistencia que se está realizando para determinar si el suministro eléctrico de Alemania puede seguir funcionando incluso “en condiciones extremas”.
Se espera que la prueba de resistencia muestre que Baviera, en particular, podría tener problemas con el suministro de electricidad en invierno. El estado, un centro industrial clave, tiene relativamente poca energía eólica y solar y depende en gran medida del gas y la energía nuclear para obtener electricidad.
Un portavoz de Scholz dijo que el canciller también esperaría a esos resultados antes de decidir qué hacer. El gobierno tomará la decisión de una manera “completamente libre de ideología y con una mentalidad abierta”, añadió el portavoz.
El replanteamiento nuclear subraya cómo la escalada de la guerra económica de Rusia con Occidente ha provocado una nueva disposición entre la clase política alemana a abandonar una política emblemática introducida para acelerar la transición ecológica.
La última muestra de Rusia de querer convertir en armas sus exportaciones de energía se produjo el miércoles, cuando el gigante del gas Gazprom redujo los flujos a través del gasoducto Nord Stream 1 a 14,4 millones de kilovatios hora entre la 1:00 y la 1:00 GMT, frente a los 28 millones de kWh/h del día anterior. El precio del gas al por mayor en los Países Bajos para agosto, la referencia europea, se disparó un 9% hasta los 205 euros por MWh, un 412% más que hace un año.
Presión para reconsiderar a la energía nuclear
La crisis energética ha obligado al gobierno de Scholz a tomar decisiones que van en contra de la típica política de los Verdes, incluyendo la reanudación de algunas de las centrales eléctricas de carbón altamente contaminantes de Alemania. Su coalición había dicho que quería eliminar por completo las centrales de carbón, “idealmente” para el final de la década.
Alemania decidió abandonar la energía nuclear en 2011, tras el desastre de Fukushima en Japón. Las tres instalaciones nucleares que aún están en funcionamiento -Isar 2, Emsland y Neckarwestheim 2- deberán cerrar a finales de año.
El gobierno, formado por los socialdemócratas (SPD) de Scholz, los Verdes y los liberales Demócratas Libres (FDP), ha mantenido el calendario previsto para el abandono de las centrales nucleares incluso después de que Rusia invadiera Ucrania.
El ministro de Economía Verde, Robert Habeck, ha insistido en que el gas ruso se utilizó en gran medida para calentar los hogares y en la industria, sin que la energía nuclear desempeñara ningún papel en ninguno de los dos casos. Los Verdes también han subrayado que las tres centrales nucleares representaron sólo el 6% de la electricidad producida en Alemania en el primer trimestre, mucho menos que el gas, con un 13%.
Sin embargo, los expertos afirman que la demanda de electricidad aumentará, ya que muchos consumidores están cambiando el gas por formas de energía alternativas, y la energía nuclear podría ayudar a cubrir la brecha de la demanda.
La presión para reconsiderar la energía nuclear ha crecido dentro y fuera del gobierno, con el FDP y los democristianos de la oposición exigiendo un indulto para las tres centrales nucleares.
Incluso algunos miembros destacados de los Verdes se han mostrado flexibles en esta cuestión. Katrin Göring-Eckardt, vicepresidenta de los Verdes en el Parlamento, dijo el domingo que Baviera tenía un “problema especial” que podría resolverse permitiendo que Isar-2 siguiera funcionando más allá de finales de año.
Franziska Brantner, otra influyente verde que es secretaria de Estado en el Ministerio de Economía, también insinuó en una entrevista televisiva que Alemania podría necesitar mantener sus centrales nucleares en funcionamiento por “solidaridad” con Francia, que se ha visto obligada a cerrar muchos de sus reactores por problemas de corrosión y a importar energía de sus vecinos.
Noticia tomada de: Financial Times / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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