Muchas empresas en el sector minero se han visto significativamente afectadas por Covid-19, y las restricciones globales para alentar el distanciamiento social han provocado que proyectos se cierren.
Gigantes mundiales de la minería como Rio Tinto y Anglo American han reportado retrasos en la producción, debido a restricciones relacionadas con el coronavirus. Un estudio de Deutsche Bank muestra que desde mediados de marzo las interrupciones de metales básicos están afectando las operaciones con importantes recortes en la producción total.
De cualquier forma, el sector se ha visto gravemente afectado y los líderes están revisando sus operaciones cuidadosamente. El fin que persiguen es sobrevivir a la crisis actual y posicionarse para el futuro. Sin embargo, para superar esto y salir adelante es vital aprovechar cualquier tiempo de inactividad actual, determinar qué poner de nuevo en las operaciones y qué dejar atrás. ¿Pero por dónde empezar?
Sector minero: plan de acción para la toma de decisiones
Para diseñar una estrategia es necesario una movilización rápida, esto proporciona una línea de visión directa a los tomadores de decisiones clave dentro del negocio. Para implementar soluciones rápidamente, es importante estar alineados y tener claridad sobre los resultados. Es imprescindible centrarse en 2 o 3 objetivos como foco principal y saber qué se debe evitar.
Una vez identificados los objetivos principales, se puede abordar estas cinco áreas críticas con el objeto de asegurarse que el equipo está listo para liderar el reinicio que se espera, aunque no esté claro cuándo:
1.- Diseños de protocolos Covid-19
Es seguro que esto estará vigente por algún tiempo. Cuando se reinicien las operaciones, se presentarán dos desafíos:
- Distanciamiento social: debe ser una práctica continua en el lugar de trabajo.
- Otros protocolos nuevos: algunos de los proveedores pueden no estar preparados para esto, por lo tanto, es esencial actuar para sortear estos desafíos.
En primer lugar, es crucial construir un modelo de Proceso de planificación integrado, IPP, posterior a COVID. Crear planes detallados y horarios de trabajo para asignar recursos y habilidades, además de administrar a todas las personas, equipos y recursos compartidos de espacio, tiempo y protocolo.
Identificar y manejar conflictos potenciales en la etapa de planificación versus en la fase de ejecución. Es imprescindible considerar toda la cadena de valor para gestionar las restricciones.
Es preciso precalificar o capacitar a las personas en línea para asegurarse de que tengan certificaciones actualizadas de salud y seguridad. A medida que se reinician las operaciones, esta es una oportunidad para revisar el modelo de recursos y rediseñar el flujo de trabajo. Por ejemplo, es posible mover funciones no centrales fuera del sitio o pasar a un modelo de administración remota que se centre en la ejecución y la planificación, y las funciones de soporte concentrarlas fuera del sitio.
2.- Asegurar la cadena de suministro
Uno de los resultados críticos de la crisis actual es que las cadenas mundiales de suministro y logística son frágiles cuando se ven afectadas por eventos globales impredecibles como Covid-19. En todo el mundo, las empresas enfrentan interrupciones en la cadena de suministro tanto de entrada como de salida, con retrasos en los equipos, piezas y consumibles, lo que invariablemente afecta la productividad y la rentabilidad.
Es esencial asegurar la cadena de suministro durante las próximas 4 a 8 semanas. Una oportunidad clave es analizar el abastecimiento digital, algo que también se puede completar durante el bloqueo. Esto es cada vez más popular, incluso antes de la crisis, y analiza seis áreas clave: tecnología en la nube, ciberseguridad, datos y análisis, inteligencia artificial, sostenibilidad y un cambio cultural dentro de la organización.
La estrategia de abastecimiento deberá desarrollarse y desplegarse con una visión y un plan claro con el fin de garantizar que los equipos de compras y cadena de suministro se adapten de manera efectiva y eficiente al cambio.
3.- Gestión de mantenimiento
Esta es una gran oportunidad para evaluar las prácticas existentes antes, durante y después de la pandemia, incluida la planificación y programación de mantenimiento. Es prudente recordar que el trabajo de mantenimiento no planificado es diez veces más costoso, 50 por ciento menos productivo y 30 por ciento más propenso a provocar un accidente o incidente que el mantenimiento planificado.
Es conveniente establecer un sólido marco de gestión de mantenimiento, que incluya a cualquier contratista o proveedor especializado, así como un modelo de reunión estándar que ayude a aumentar la productividad y el flujo de información. Esto proporciona datos correctos para tomar mejores decisiones y abordar los problemas de mantenimiento con prontitud.
4.- Promover cultura de seguridad
Es esencial y un valor fundamental para la industria. Sabiendo que las operaciones seguras son más productivas y menos costosas, es fundamental que en una planificación mundial posterior a Covid, se detalle con un enfoque en las personas y se trabaje junto con los resultados requeridos.
Está claro que cualquier incidente de seguridad tendrá un impacto aún mayor en medio de la situación actual. Será necesario incorporar nuevos protocolos de operaciones seguras, por ejemplo, ¿cómo se maneja y previene la posible reinfección en los sitios que están en funcionamiento? ¿Cómo se verifica y monitorea la seguridad individual? ¿Cómo se asegura de que con una fuerza laboral potencialmente más pequeña en el sitio, las operaciones aún se llevan a cabo con los más altos estándares de seguridad?
Para mantener una cultura de seguridad se deberá continuar revisando todas las operaciones, los procesos ambientales y los procedimientos y guías de operación estándar, e identificar el riesgo material con el fin de evaluar los controles críticos en el lugar para administrar estos riesgos de manera continua.
Por lo tanto, es imprescindible desarrollar un sistema de gestión para prevenir, detectar y evaluar todos los riesgos, como el trabajo no planificado. Una cultura de seguridad en toda la operación de la mina mejora la productividad, el rendimiento y reduce los costos.
5.- Desempeño financiero
Ningún negocio es inmune a los efectos económicos y financieros de Covid-19. La caída de la demanda y los precios, así como los importantes retrasos en los proyectos de capital, el rendimiento de la línea de fondo y el resultado final, inevitablemente se verán afectados.
Todo debe estar sobre la mesa durante este tiempo: administración de efectivo y capital de trabajo, programas de reducción de costos y revisiones de precios. Estas últimas deben entrar en los detalles de los modelos de personal de vuelo en lugar de local, horarios de rotación, localización de la fuerza laboral, asociaciones de proveedores, procesos de trabajo simplificados, reuniones de revisión y horarios de comunicación.
Conclusión – Replanteamiento
Si bien, esta crisis global es, ante todo, una tragedia humana que ha creado una gran pausa, ha sido claramente el catalizador de un replanteamiento sin precedentes de la industria. Esto significa que hay una oportunidad para que el líder con visión de futuro desarrolle la agilidad de su organización y no solo gestione la crisis, sino que la supere con éxito y salga de este período con una organización diferente.
Al buscar formas innovadoras de hacer negocios, al redefinir el liderazgo, implementar procesos transformadores y al garantizar la mejora continua y la excelencia operativa, existe la oportunidad de reposicionar y rediseñar la organización, de esa manera se puede garantizar un futuro más saludable pos pandemia.
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